Hagamos de cuenta que no nos acordamos que existen
problemas con la seguridad en el país, (que para ser franco los mexicanos no
nos distinguimos por nuestra buena memoria). Hablemos claro, las 80,000
personas muertas no parecerán nada comparadas con las millones vivas de las que
les voy a contar.
En un sexenio priista fue que se
creo “Solidaridad”, fue un proyecto que tenía sus bases en el sexenio previo al
de Salinas, sin embargo fue Colosio que como secretario de Desarrollo Social le
dio pies y cabeza, todo un logro del que Salinas no se canso de enorgullecer.
Entre la población se escuchaban desdenes al proyecto poniéndole como
sobrenombre “Sólo dar y dar”.
Años después con la crisis económica
en que se sumergió el país, el gobierno de Zedillo tuvo que recortar el
presupuesto del programa dividiendo a los beneficiarios, ahora la prioridad
sería la pobreza extrema[1],
haciéndonos saber que hasta en los pobres hay niveles.
La transición a un gobierno panista
no pudo deslindarse del compromiso netamente político del programa, así que
continuaron con él, sólo cambiándole el nombre; Es evidente que los triunfos en
las urnas lo dan las clases bajas quienes no tienen mucho y agradecen lo que se
les brinda por pequeña que sea la ayuda, y qué otro pago les puede pedir un
partido que no sean votos.
La aplicación del programa que
otorga ayuda económica a la población no ha logrado reducir la cantidad de
personas en situaciones desfavorables, como todas las actividades humanas no es
únicamente una variable lo que las afecta, el programa que actualmente cuenta
con presupuestos multimillonarios y condona cantidades simbólicas de dinero al
finalizar el sexenio de Calderón no deja ver que sean aprovechados y el
presidente de la república debe que responder ¿por qué durante su gestión el
número de personas en situación de pobreza a aumentado? Como un habitante más
quiero decirle a Calderón: En el México
de hoy ¿hay motivos para estar orgullosos?
Sobre
lo anterior Verónica Villarespe[2]
comenta:
“Ante el
incremento de personas con carencias en México, los programas de combate a la
pobreza aplicados en los últimos tres
lustros, centrados en transferencias monetarias, han fracasado en su objetivo,
porque no influyen en la transformación
de la estructura que genera la precariedad”[3]
Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social,
(CONEVAL), de una medición hecha en 2010 el número de personas en situaciones
desfavorables suman 11.7 millones en pobreza extrema y 40.3 en pobreza
moderada, que comparado con el estudio del año 2008 en que el número era de
48.8 millones, por lo tanto que en 2 años 3.2 millones de personas se sumaron a
la desdicha.
La solución a corto plazo sería otorgar dinero. En 2012
las familias obtienen como máximo mensual $1,710 pesos si tienen becarios en
primaria y secundaria, y $2,765 en media superior, cantidad que según Cristóbal
López tiene que solventar alimentación, vivienda, transporte, educación y salud[4].
En 2006 se distribuían 28 mil millones de pesos,
actualmente señala Verónica Villarespe suman 59 mil millones. Así que démosle
un aplauso a Calderón, no sólo hay más pobres sino que se gasta más dinero en
el programa que pretende disminuirlos.
Pero que no decaiga el ánimo, en el siguiente periodo se
contará con un presidente con voluntad para no repetir los errores del pasado,
moderado, inteligente y educado, al lado de una mujer que inspira respeto… bueno, allá en Estados Unidos, aquí si
la tenemos un poco más difícil.
Los tiempos que estamos por vivir en el país, se auguran
complicados, quizá uno que otro este pensando en abandonar el barco, en España
escuche suman 50 mil personas que han salido del país por la crisis, aquí
llamemos a la unidad, no por partido, sino por ver un México más equitativo,
sin tanta miseria.
Sigamos adelante aunque esto parezca una terrible broma,
o un mal sueño y cada vez se clasifique más y más a lo que Fernando Rivera Calderón
podría llamar República de la ficción.
Ulises Brioso Castillo
[1] Para efecto de éste texto se entenderá por “pobreza extrema” a
quienes no pueden adquirir ni una canasta básica, y “pobreza moderada” a
quienes no pueden adquirir en su totalidad la canasta de bienes y servicios
básicos.
[2] Verónica Villarespe Reyes, directora del Instituto de
Investigaciones Económicas.
[3] López, Cristóbal. “Fracaso de los programas de combate a la
pobreza” Gaceta UNAM, Octubre 2012, pág. 10
[4] López, Cristóbal. Ídem