lunes, 9 de diciembre de 2013

BOLETÍN

El político mexicano desprecia a la sociedad, o al menos lo considera incapaz, pues esto es lo que se ha visto en lo que va del sexenio priista. Desde que inicio el sexenio del actual presidente Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional se han venido dando una serie de "reformas estructurales" que incidirán en el trayecto de la nación, o para ser más claro, en la vida de cada uno de los mexicanos que residen en el país, ¡todos! estudiantes, campesinos, obreros, trabajadoras del hogar, personas con capacidades diferentes, de preferencias sexulaes difrentes, con  o sin ideología política... 

El asunto es que estas reformas se han venido dando bajo un esquema de hermetismo, es decir, la sociedad no se ha visto involucrada en ello, y no se ha visto involucrada porque los políticos no han querido que ella participe, no sólo la derecha a nivel federal, la izquierda en la ciudad de México también ha mostrado una renuencia a incorporar a la ciudadanía a participar en la toma de decisiones.

Es por ello que desde respublicamx se llama a que los canales de participación ciudadana se abran, que son requisitos  para una vida democrática verdadera, que se vea la congruencia, que no sólo usen palabras maquilladas para esconder un hecho que se ha visto constituido en el año: la política en el país les pertenece a los partidos políticos, a nadie más, por añadidura no es exagerado decir que nuestras vidas también están sujetas a las voluntades de unos cuantos. La ciudadanía no sólo debe estar ahí cuando es necesaria, como al PRD en una "consulta", para evitar una reforma, sino para todos los casos (reforma política, hacendaria, fiscal, energética), pues no sólo a un pequeño grupo le preocupa el país, es un asunto público, ¡discutase como tal!


sábado, 27 de julio de 2013

La influencia de los medios televisivos en la percepción y decisión del voto de los ciudadanos: análisis de la campaña de "compromiso por México".



Introducción:
En tiempos de elecciones electorales, sobre todo en aquellas que se realizan para elegir al titular del Poder Ejecutivo, se hace imperativa la necesidad de información para que los ciudadanos elijan la mejor opción, aquella que concuerde con su postura ideológica o que haga patente el cumplimiento de sus demandas y sus necesidades; debido a esto, es justificable la presencia de medios de comunicación que satisfagan esta necesidad informativa y brinden a la sociedad una panorámica más completa, clara, verídica, concreta y sustancial sobre las opciones políticas disponibles en la contienda electoral. Pero, empíricamente hablando, esto sucede en muy pocas ocasiones, la mayoría de las veces los medios informativos proporcionan a la sociedad información confusa, ficticia, imprecisa, incompleta e insustancial de los partidos y sus candidatos; a acusa de que a veces los sujetos encargados de los medios de comunicación suelen tener la intención de influir en la percepción y en la opinión de la gente para de así favorecer o perjudicar a determinados partidos.
Dicho lo anterior, este trabajo tiene la intención de demostrar que la información política emitida por los medios de televisivos de comunicación en tiempos electorales llega a tener cierta influencia en las personas. Para sustentar y apoyar estas presunciones, se focalizarán en dos de las perspectivas teóricas más influyentes en cuestión de la decisión del voto: la escuela de Michigan y la de Rochester, para analizar la participación de los medios de comunicación y el efecto de éstos en los individuos durante la campaña electoral de Enrique Peña Nieto (EPN) quien fue el candidato oficial de la coalición “compromiso por México” integrada por el partido de la revolución institucional (PRI) y el partido verde ecologista de México (PVEM) para competir por la presidencia en las elecciones del 2012. Para lo que se aterrizaran las ideas teóricas que sustentan este trabajo en el caso específico del análisis de dos medios de comunicación de  diferente carácter que fueron participes en dicha campaña, como lo es la televisión y los spots trasmitidos a través de ella; y una fuente de información en línea: www.adnpolitico.com; para hacer un análisis cuantitativo y cotejar la información trasmitida en los spots de EPN, comparándola, con la del “el promesometro”  que realizó “adnpolitico” sobre las promesas de campaña del susodicho candidato. Con el fin de demostrar que cerca del 100% de los spots de EPN  se ocuparon en darle mayor énfasis a su  “imagen” restándole peso a las  propuestas políticas, en comparación con la información contenida en el “promesometro”, que dejó a un lado las cuestiones insustanciales para acentuar la información meramente política de las promesas de campaña.
Todo esto con el firme objetivo de intentar responder las siguientes interrogantes:a qué tipo de ciudadanos o qué sector de la ciudadanía es más propenso a ser influenciado por la información vertida en las campañas electorales; cómo es qué la imagen juega un papel importante en el diseño de las campañas electorales, cómo es que la preponderancia de la imagen llega a construir un juicio en el electorado y por que la información emitida por los medios de comunicación no llega a surtir efecto en cierto tipo de electores.

Elecciones, partidos y medios de comunicación.
Una de las características esenciales e inherentes  que estructuran un régimen democrático, son las elecciones, debido a que son generadoras del debate público, articulan la agenda política, otorgan a los ciudadanos la facultad de elegir a sus  gobernantes, determinan la composición de los parlamentos, influyen directamente en la distribución del poder y conceden la oportunidad de regular o negar a los partidos políticos del poder por medio de las urnas (Leduc, Niemi y Norris, 2002).
Debido a esto los partidos políticos, que son los principales actores que ostentan el aparato gubernamental[1], se ven en la necesidad de competir entre ellos por el poder político en elecciones que se realizan periódicamente con ayuda de un sistema electoral[2], para obtener el voto de los ciudadanos. En el caso de México, el presidente de la República, los diputados federales y senadores son elegidos cada 6 años por mayoría relativa y voto directo de los ciudadanos[3], en elecciones cuya realización está en manos del Instituto Federal Electoral (IFE)[4].
Uno de los elementos más importantes en el progreso de los procesos electores, es la información, que  se convierte en un elemento clave para mantener a todos informados sobre las acciones, el contexto y la situación en la que se desarrollan las elecciones. Esto produce que la información en tiempos electorales se convierta en una necesidad imperativa, y es a causa de esta necesidad informativa, que con el paso del tiempo es más clara y evidente la participación activa de los medios de comunicación masiva (como los son la televisión, la radio, el internet, los diarios de circulación nacional y entre otras publicaciones escritas) en los procesos electorales. Estos medios se han convertido en  actores de suma importancia en la configuración de los procesos electorales, sobre todo por su participación cada vez más activa en la conformación, el desarrollo y consecución de las campañas electorales de los partidos políticos en tiempos de proselitismo. Esto se debe en gran medida a que los medios de comunicación son el principal canal para el intercambio de información entre partidos políticos y ciudadanos en tiempos de comicios electorales; un canal de diseminación de información de carácter político, que informa tanto a ciudadanos como a los propios partidos políticos; y son a la vez también, un canal informativo que incentiva la opinión y agenda pública (Norris, 1999). En las elecciones mexicanas del 2012, para elegir presidente de la república hubieron infinidad de canales informativos que se encargaron de trasmitir información de carácter político – y no político-, desde los clásicos medios, como lo son: los spots electorales; noticieros y programas televisivos y radiofónicos de opinión y debate; anuncios políticos; reseñas y artículos escritos en diferentes publicaciones, en diarios de circulación nacional, en revistas o en blogs y páginas de internet; hasta los  más recientes canales informativos:  las redes sociales, donde se pudo encontrar una infinidad de información política en muy variadas formas.
Es por la facultad de los medios de comunicación de actuar como interlocutor  entre políticos y ciudadanos, e igualmente  por su gran cobertura y consumo por parte de la población, que durante los tiempos de contiendas electorales, los partidos políticos -para competir por el voto de los  ciudadanos y por ende la obtención del poder político- buscan aliarse con los medios de comunicación. Por lo que muchas de las veces los partidos se asocian y actúan en contubernio con aquellos medios informativos –que al ser empresas, también buscar satisfacer sus intereses-, con los cuales coincidan en intereses u objetivos , o en dado caso intercambian y/o negocian favores para lograr la consecución de sus fines; y para esto, tanto partidos como medios de comunicación se valen de diversas tácticas y estrategias para llegar a tener cierta influencia en la ciudadanía, sobre todo en un determinado tipo de electorado, aquel que no es tan cercano a los temas políticos y que por lo tanto suele desconocer mucho sobre estos.  
Los medios de comunicación y campañas electorales.
¿Cuál es la relación de los medios de comunicación con los partidos políticos y con sus respectivas campañas electorales? En un régimen democrático “moderno” es muy importante la existencia de canales de comunicación, y por ende, la presencia de medios de comunicación que proporcionen estos canales, debido a que éstos se convierten en el interlocutor entre partidos políticos y ciudadanos, porque por una parte, diseminan la información de los partidos a los ciudadanos, y viceversa, diseminan la información de la sociedad a los partidos; es decir, es a través de éstos que los partidos políticos pueden hacer saber sobre su desempeño, sus propuestas y sus acciones a la población en general, e inversamente, gracias a éstos los ciudadanos dan a conocer sus demandas y necesidades a los partidos políticos para que actúen en función de estás. Y por otro parte, los medios de comunicación también incentivan la opinión pública, estimulan a la gente a pensar y a manifestar sus posturas sobre los diferentes temas y conflictos políticos (Abundis, 2008).
Pero debemos tomar en cuenta que los medios de comunicación también son empresas, y como tales, son organizaciones que buscan la satisfacción de sus intereses y la maximización de sus ganancias; y cuentan con un proyecto y un visión muy particular de cómo debería de funcionar la sociedad (Sosa, 2010). Por lo que los empresarios de la comunicación, aquellos sujetos dueños de los medios de comunicación – al igual que lo hacen los partidos políticos-, desde hace tiempo han buscado diferentes mecanismos y estrategias para participar directamente en la toma de decisiones, para favorecer a su propio interés, lo que ha traído como consecuencia que los medios de comunicación se asocien y actúen en contubernio con los aquellos partidos políticos que les prometan y garanticen beneficios a su favor (Sosa Hernández, 2010)[5].
Los medios de comunicación han encontrado en los tiempos de elecciones electorales el momento idóneo para participar e incidir en asuntos y temas políticos, ya que es en esos momentos donde tanto los partidos como la ciudadanía, requiere de su intervención para informar e informarse; la gente requiere más información política acerca de los diversos partidos y las propuestas que cada uno ofrece para ganarse su voto (Beaudoux, D´Adamo y Slavinsky, 2005).
Según Fara las campañas electorales también pueden ser vistas como batallas comunicacionales  en las que se trata de crear una diferencia favorecedora en la percepción del electorado y llevar la discusión a un campo que beneficia a la causa (Fara, 2002). Por lo que con el paso de los años, las actividades de diseño y consecución de las campañas electorales[6] han dejado de ser exclusivas de los partidos políticos, ya que cada vez es más activa la injerencia de los medios comunicativos en éstas, lo que ha traído como consecuencia el aumento de la publicidad electoral y la mediatización de la política.
Con la intervención directa de los medios comunicativos en la configuración y ejecución de las campañas, la estructuración de éstas se ha trasformado, el discurso político se ha convertido en un mensaje publicitario, con ayuda del marketing político. La introducción de técnicas del marketing en la política revolucionó la visión estratégica de la comunicación política y modificó la forma de darse el intercambio entre electores y candidatos. Por el hecho de que los políticos dejaron en manos de expertos en investigación motivacional, mercadotecnia y publicidad la creación de su imagen pública y la difusión con ella de sus programas y sus promesas de gobierno. Ahora los asesores y consultores tienen la responsabilidad de seleccionar los temas, sociales o no, para el diseño de las campañas electorales. La mercadotecnia se ha convertido en la herramienta idónea de los actores políticos para intentar conocer y reconocer sus nuevas oportunidades de éxito ante el electorado y tratar de recuperar su credibilidad personal y la confianza institucional perdidas ante la gente (Carlomagno, 2009), con el peligro latente de convertir a sus candidatos en artículos comerciales y de ocasionar un vacio ideológico en la política y en los propios partidos.

¿Cómo votan los ciudadanos?
El voto es una de las prerrogativas más fundamentales que otorga la Constitución mexicana[7], debido a que brinda al ciudadano la posibilidad de participar en la conformación de los poderes públicos; y también, es una obligación[8], un deber de todos los ciudadanos mexicanos que han cumplido la mayoría de edad (18 años) de participar en la elección de sus representantes. El voto de cada ciudadano debe de ser libre y secreto, libre por que el elector no debe estar sujeto a ningún tipo de presión o coacción para la emisión del sufragio, y secreto por que el elector no debe de estar obligado a dar a conocer públicamente sus preferencias y voluntad[9].
Pero a pesar de todo esto, explicar cómo votan todos los ciudadanos mexicanos, qué es lo que mueve a votar, qué es lo que explica el comportamiento de la gente al preferir a un determinado partido o candidato político…  es una tarea bastante compleja, por que se tienen que tomar en cuenta y valorar muchas circunstancias, ya que no toda la población mexicana es heterogénea, no todos piensan igual, no todos tienen los mismos gustos y  preferencias políticas,  etc.  Pero -dejando a un lado, en este trabajo, la cuestión de abstencionismo[10]- podemos basarnos en dos de las escuelas más influyentes en el estudio de las elecciones políticas de la sociedad dentro del marco de las contiendas electorales, para tratar de explicar cómo votan determinados tipos de votantes- y argumentar nuestras premisas de que existe un electorado que es más endeble ante la información de los medios de comunicación, en comparación, con aquel elector al que no es tan sencillo influenciar para que cambie de elección-   como lo es la escuela de Michigan o escuela Psicosocial y la escuela de Rochester o escuela de la elección raciona[11]l, es posible clasificar a una gran parte del electorado mexicano en dos tipos principales de votantes, de acuerdo al criterio  de que tan cercanos o ajenos son a la política. Si son individuos con disposiciones políticas previas a los procesos electorales (sujetos que no son ajenos a temas y a la situación política), entonces es posible aplicar el enfoque teórico de la Escuela de Michigan; en cambio, si hablamos de  individuos que desconocen parcial o completamente los asuntos políticos (sujetos ajenos a la política) será posible emplear el enfoque teórico de la Escuela de Rochester.
En nuestro caso de estudio, los enfoques teóricos que nos ofrecen estas escuelas, nos servirán de auxilio para el explicar cómo estuvo diseñada la campaña de Enrique Peña Nieto, y de qué forma intervinieron los medios de comunicación en ella. Argumentando las siguientes proposiciones: gran parte de la campaña de EPN se baso en la difusión de su “imagen”, con la complicidad de los medios de información, lo cual se vio reflejado en sus spots electorales; en cambio otros medios, como los medios escritos (en este caso el “promesometro”) ofrecieron información más sustancial poniendo poca atención en la “imagen” de EPN; los spots de campaña de EPN fueron dirigidos, principalmente, a aquellos individuos con ausencia de predisposiciones políticas; las fuentes escritas de información en su mayoría son consumidas por aquellas personas que cuentan con predisposiciones e ideología política.
-Escuela de Rochester.
La escuela de Rochester o perspectiva de la elección racional concibe al votante como un agente racional, es decir, el voto es el reflejo de un cálculo que los individuos hacen acerca de los beneficios y costos de su elección. Pero no siempre los individuos cuentan con la información necesaria para realizar una elección racional, por lo que se ven en la necesidad de hacer una lección con la información con la que disponen; que aunque pueda sonar irracional esta forma de elección, no lo es del todo, debido a que les sería más costoso, en términos de recursos económicos, de tiempo, de esfuerzo, etc.,  obtener información completa y de mejor calidad (Dows, 1957).
Debido a las anteriores cuestiones, los individuos deben de tomar una decisión con la información que esté más a su alcance y está es la que les es ofrecida por los medios de comunicación, en especial por la televisión por que como se ha mencionado, además de ser el medio que más se consume y el más accesible para la población, es aquel que brinda un tipo de información menos compleja y más digerible para el espectador, debido al mismo diseño y la naturaleza de los  spots electorales[12] no permiten la inclusión de información más compleja y sustancial; es debido a esto que la elaboración de los spots emplea el marketing electoral, lo que al mismo momento, ha incrementado la tendencia a la mediatización de la política y  el aumento de la personalización de la política (que es un fenómeno que se viene dando desde hace muchos años y que empezó en los Estados Unidos en los años 60´s)[13], que más que poner énfasis en la información política sustancial (programas y propuestas de los partidos) hace mayor hincapié en resaltar y difundir la “imagen” del candidato, a casusa de que las imágenes además de que no requieren de un mayor esfuerzo para su procesamiento – a comparación de la información puramente escrita- llegan a tener  un mayor impacto emocional y afectivo, al que es más susceptible aquel electorado que es un tanto ajeno a la política, y que le resultaría costoso (tiempo y recursos) intentar obtener información más completa y sustancial sobre ésta. Y es gracias a esto que, en los medios televisivos –los cuales siguen siendo el medio de comunicación más consumido- han ido incrementando la tendencia a explotar la “imagen” y el alza de la emisión de mensajes emotivos[14] de los candidatos en las campañas electorales, principalmente a través de los “spots” electorales, fenómeno al que Sartori ha llamado el aumento de la “videopolítica” (Sartori, 1997). Esto es posible observar en la siguiente gráfica, en la cual evaluó y clasificó  todos los spots de la campaña electoral de EPN transmitidos en la televisión(“anexo b”), obteniendo los siguientes resultados:
La composición de los spots está conformada con la “imagen” del candidato, con discursos que contienen mensajes con carga emocional o/y la propuesta de campaña, donde
-El 100% de un total de 65 spots ponen énfasis en la “imagen” (i).
i)
--El 100% de un total de 65 spots trasmiten mensajes con carga emocional (ii).
ii)
-El 70.76% de los spots mencionaban alguna de las propuestas de campaña; el 29.24% no mencionaba ninguna propuesta de campaña (iii), pero, únicamente el 4.34% de los spots hacen alusión a información más detallada sobre las propuestas, en comparación con 96.66% que no lo hacen (iv).
iii) iv)
Con esto se verifica, lo antes propuesto, que existe el aumento en la tendencia de personalizar la política, ya que más el 97% de los spots transmitidos en tv, se diseñaron para enfatizar la “imagen” de EPN.
De esta manera se puede concluir que el votante “flotante” o votante “switch”[15] que está distanciado –por falta de información- de la política[16], es más proclive a dejarse influenciar por la información transmitida por los medios de comunicación, ya que se encuentra más a su alcance sin necesidad de un esfuerzo mayor, es decir, sin la necesidad de gastar en recursos y tiempo en su adquisición; y el medio que le ofrece mayor y más digerible información es la televisión, debido a que hace mayor énfasis en la “imagen” y emite mensajes emotivos, los cuales tienen mayor probabilidad de influir en los individuos en la construcción de su  percepción sobre algún candidato y posteriormente influir en la elección final del voto. 
Empero, es menester señalar los peligros de este tipo de elección, ya que este tipo de votantes que deciden su voto a partir de la información disponible, es decir la que consumen de los medios de comunicación, pueden llegar a caer en una selección adversa producto de la asimetría de la información[17], que a primera instancia puede dar la sensación de haber realizado una buena elección, pero en un futuro no muy lejano esta elección llega a ser más perjudicial que benéfica (Akerlof, 1970).[18]
-Escuela de Michigan.
La escuela de Michigan es una perspectiva social-psicológica desarrollada principalmente en la obra “El votante americano”[19]. Que grosso modo postula que, el voto es resultado de un proceso de socialización política del individuo, en el cual se transmiten los valores y las creencias de los padres, familiares, amigos y del entorno en el que se desarrolla, produciendo actitudes a largo plazo o predisposiciones políticas.  (Moreno, 2009).
Las actitudes a largo plazo o predisposiciones políticas, a su vez, con el tiempo generan una identificación y adhesión ideológica con determinados partidos o mejor conocido como Partidismo, que es el principal elemento que influye en la elección del voto (Campbell, Gurin y Miller, 1954). El interés principal con la acuñación de este concepto es explicar el origen de la estabilidad de las preferencias sociales (Barnes, 1997). Fenómeno que es explicado por esta escuela mediante la metáfora del “embudo de causalidad”, que “es una representación de los factores sociales y contextuales (en la parte ancha del embudo) que influyen en la conformación de una identificación partidaria, que afecta, a su vez, las aptitudes de corto plazo[20], que finalmente desemboca en la decisión del voto (en parte estrecha del embudo)” (Moreno, 2009).
*Embudo de causalidad.
Este tipo de electorado que ha desarrollo una adhesión ideológica con algún partido, siempre –o a menos de que algo extraordinario suceda- y bajo cualquier circunstancia vota por el partido con el cual se identifica, e incluso, aunque el candidato del partido sea “débil” o “malo”, o, a pesar de la mala gestión del partido. En este electorado, existe un firme convicción del votante –al mismo tiempo que existe cierta irracionalidad- en votar por el partido al que está adherido ideológicamente pese al estado de las distintas circunstancias (Crespo, 2009).
*Pese a que en México el contexto (los problemas políticos, económicos, sociales y culturales) y las ineficientes acciones de los partidos han provocado que este tipo de elector vaya en disminución. Según Moreno “de 1996 al 2007 por lo menos dos tercios de los mexicanos se consideraban así mismos priistas, panistas o perredistas (…) el tercio restante del electorado es apartidista o independiente, es decir, que no tiene un sentido de adhesión con ninguno de los partidos”.
Conforme a lo anterior, podemos concluir que este tipo de votante que tiene una adhesión con un determinado partido, es menos propenso a ser influido por la información emitida por medios de comunicación como la televisión y que su voto es producto de sus creencias e ideología política que fue conformándose a través del tiempo. Es aquí donde existe la relación entre estos votantes y los medios de comunicación escrita, porque éstos prefieren consumir información más sustancial, por lo que se inclinan por las fuentes escritas y éstas, a la vez, se adaptan a las preferencias de sus consumidores, en otras palabras, las medios escritos le ofrecen a sus lectores en tiempos electorales información más detalla y elaborada. Lo que podemos apreciar perfectamente en el siguiente gráfico, en donde se evaluó (evaluación que se aprecia en el “anexo a”) qué tipo de información contenía el “promesometro” que elaboró  Adnpolítico.
-El 100% de la información habla específicamente sobre las propuestas de campaña(a) y el 100% de estas muestran un grado de información alto o información sustancial (b), es decir, mencionan en qué consiste y cómo se pretende cumplir dichas propuestas.
a) b) 
-Mientras que el 0%  de la información del promosmetro hacia énfasis en la “imagen” ©y mencionaba mensajes con carga emocional (d).
c) d)
La evaluación de la información contenida en el promesometro se basó en el criterio de qué tanto mencionaba y explicaba los siguientes puntos: cuáles son las promesas, en qué consisten y por qué se prometieron y cómo se pretendían cumplir. Al verificar de que se hace mención de los anteriores puntos, se concluyó que el promesometro contiene 100% información sustancial y concreta sobre las promesas de campaña. Y esto se puede verificar entrando a la página http://www.adnpolitico.com/promesometro.
Cabe señalar que también existen fuentes escritas con contenido superfluo, pero el votante al que nos hemos estado refiriendo en esta parte del trabajo, por su mismos conocimientos y formación previa, sabe distinguir muy bien entre aquellas fuentes de de información escrita que
Conclusión:
Con base a todo lo mencionado en este trabajo se puede llegar a las siguientes conclusiones:
a) Primeramente, es importante señalar la importancia de la existencia de información, y por ende, indicar que la presencia de los medios de comunicación no es negativa en sí misma, al contrario su existencia es vital en una democracia,  para fomentar la participación -tanto de los partidos políticos como de la sociedad misma-, como para configurar la agenda publica, es decir, de los temas y problemáticas a las que se tienen que poner atención y analizar para llegar a una solución.
b) Empero, es importante distinguir cuando los intereses privados de los medios de comunicación se sobreponen a los intereses de la sociedad y hasta al de los propios partidos políticos, y al hacer uso del poder que emana de la posesión de la información injieren directamente en la toma de decisiones políticas; cuestión que puede llegar a tener consecuencias negativas para todos, por el hecho de que su participación en la toma de decisiones puede corresponder a sus propios intereses y a su visión particular de cómo debería ser la realidad.
c) Los medios de comunicación escrita presentaron información más completa, de mejor calidad y más sustancial durante los procesos electorales, debido a que se tienen que adaptar a las exigencias informativas del tipo de individuos que los consumen, que son aquellos que tienen adheridas ciertas creencias y conocimientos políticos.
c) Los medios de comunicación que ofrecen información escrita, son consumidos en su mayoría por aquellos individuos que poseen la predisposición de dirigir su voto con base a una adhesión ideológica que mantienen con un determinado partido; en consecuencia, es en este tipo de votantes en los que los medios de comunicación tienen menor influencia, debido a que generalmente tienen claro y mantienen la convicción de  votar por aquel partido con el que se identifican; y sólo usan los medios para reafirmar sus creencias o para apreciar el desarrollo de la contienda electoral.
d) La información que se transmitió por televisión en la campaña electoral de EPN, en su mayoría, está diseñada y basada en la exaltación de la imagen y la transmisión de los discursos con mensajes emotivos, debido a que a través de éstos existe mayor probabilidad de afectar la subjetividad de los individuos.
d) La información trasmitida por la televisión es la que puede llegar a afectar o construir la percepción del votante sobre algún candidato, debido a que el tipo de individuos que consumen está información son aquellas que son un tanto ajenos a los temas y las problemáticas de carácter políticos del entorno en el que viven.
e) En este caso que se analizó es evidente ver la estructura de la información – en la siguiente gráfica de barras comparada- que se transmitió en estos dos medios comunicativos, lo cual es el reflejo del tipo y la calidad de la misma información, y pone en evidencia la intención de influir por medio de ésta en la percepción de la gente.
Por último es imperativo reflexionar y aceptar que los medios de comunicación van a seguir teniendo una importante injerencia en la calidad de información que consumimos diariamente y si bien no nos dicen explícitamente qué pensar, sí nos dicen sobre qué debemos pensar.


Sergio Martinez Martinez



Bibliografía.
-       Abundis, francisco. (2008). Los medios de comunicación en México. Parametría: Investigación de opinión y mercados. Análisis estratégico.
-       Akerlof, George. (1970). El mercado de los limones. Revista trimestral de economía, Vol. 84, Num 3.
-       Ávila Rosales, Carlomagno. (2009). Publicidad electoral, la transformación de un discurso político en mensaje publicitario. México: edición electrónica.
-       Barnes, Samuel H. (1997). Política y cultura. España: PR ediciones.
-       Berelson, Bernard, Paul Laszarsfeld y William McPhee. (1954). Voto. Un estudio de la formación de la opinión en las campañas presidenciales. Chicago: The university Chicago press.
-       Campbell, Angus, G. Gurin y Warren E. Miller. (1954). El votante decide. Evaston, IL., Row, Peterson.
-       Campbell, Angus, Philip E. Converse, Warren E. Miller y Donald Stokes. (1960). El votante Americano. Chicago: The University of Chicago press.
-       Código Federal de Instituciones y procedimientos electorales. Ordenamientos electorales tomo 2. Instituto Federal Electoral: 2008.
-       Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.
-       Crespo, José Antonio. (2009). Elecciones y democracia. México: IFE.
-       Dows, Anthony. (1957). Una teoría económica de la democracia. Batlle, Albert, editor. (1992). Diez textos básicos de ciencia política. España: Editorial Ariel.
-       Fara, C. (2002) Características del electorado argentino, en acciones para una buena comunicación en campañas electorales. Argentina: Konrad Adenauer.
-       Garcia Beaudoux, Virginia, Orlando D´Adamo y Gabriel Slavinsky. (2005). Comunicación política y campañas electorales. Estrategias en elecciones presidenciales. España:Gedisa.
-       Lazarsfeld, Berelson y Gaudet. (1994). La elección de la gente. Como se decide el voto en una campaña presidencial. Nueva York: Columbia university press.
-       Leduc, Lawrence, R. Niemi y P. Norris. (2002). Comparando las democracias 2: Nuevos retos en el estudio de las elecciones y la votación. Londres: Sage.
-       Moreno, Alejandro. (2009). La decisión electoral. Votantes, partidos y democracia en México. México: Porrua.
-       Nohlen, Dieter. (2004). Sistemas electorales y partidos políticos. España: Fondo de cultura económica.
-       Norris, P. (1999). El mensaje: comunicación de campaña. Beverly Hills: CA, Sage.
-       Sartori, Giovanni. (1997). Homo videns. La sociedad teledirigida. México: Taurus.
-       Sosa Hernández, G. Georgina. (2010). El consejo de la comunicación: portavoz de los empresarios en la democracia mexicana. Andamios, volumen 7, número 14.




[1] Según Anthony Dows, los partidos políticos son un conjunto de hombres y mujeres que buscan acceder a puestos gubernamentales y legislativos, como una forma de ganar recursos, poder y prestigio.
[2] Al que Nohlen define como un principio de representación que subyace al procedimiento técnico de la elección y al procedimiento mismo por el cual los electores expresan su voluntad política en votos que se convierten en puestos gubernamentales o legislativos (Nohlen, 2004).
[3] Artículo 9 del Código Federal de Procedimientos electorales (COFIPE), 2008.
[4] Sección V del artículo 41 de la constitución mexicana.
[5]Por ejemplo, en el año 1959 se conformó el Consejo nacional de la Publicidad (CUP) – que posteriormente pasó a convertirse en el Consejo de la Comunicación (CC)-, integrado por diversos dueños, locutores, comunicadores y personal de los medios de comunicación, con el único objetivo de ayudar al diseño de campañas electorales, con el expreso fin de coadyuvar a los partidos a incidir en el comportamiento en el comportamiento de los ciudadanos.
[6] Las campañas electorales son procesos estratégicos con la expresa finalidad de ganar votos a a través de la planeación y ejecución de diversas acciones tácticas (Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, 1994).
[7] Artículo 34 de la Constitución mexicana y artículo 4 de COFIPE.
[8] Artículo 36 de la Constitución mexicana y artículo 4 de COFIPE.
[9] Artículo 41 de la constitución mexicana.
[10] De la cuestión de acudir  no a las urnas.
[11] Aunque tanto la Escuela de Michigan como la de Rochester han sido teorías principalmente desarrolladas en Norteamérica y Europa Occidental entre los años 60´s y 70´s,  es posible aterrizarlas correctamente en el estudio de este trabajo, porque -además de seguir vigentes- los tipos de votantes que sugieren, también los podemos ubicar  en nuestra investigación.
[12] El artículo 41 constitucional y el artículo 56 del COFIPE establecen que la duración de los spots de los candidatos de los partidos políticos deben de tener una duración de no más de 30 segundos.
[13] Un fenómeno que corresponde a la tendencia y la estandarización de  las “Americanización de las campañas”, que básicamente consiste en : i) Personalización y desideologización (los partidos dejan de presentar sus perfiles ideológicos y programáticos para poner resaltar y darle mayor importancia a la “imagen” de su candidato); ii) Cientificación o profesionalización (contratación de expertos y técnicos que tomen las decisiones que anteriormente eran ejercidas por los propios partidos); iii) Desarrollo de estructuras de comunicación más autónomas (Otorgarle mayor libertad a los medios de comunicación , por lo que son más libres de perseguir sus intereses que servir a las necesidades de los partido).
[14] Aquellos mensajes que hacen alusión a sentimientos y valores arraigados en la gente,  a los que difícilmente pueden evitar reaccionar ante ellos (beaudoux, D´Adamo y Slavinsky, 2005).
[15] Votante “flotante” o votante “switch” debido a su debilidad de ser influenciado por la información que consume, lo que ocasiona que su voto no sea una constante.
[16] En el caso mexicano, es difícil explicar el distanciamiento de algunos individuos de la política, porque puede deberse a distintos factores, bien puede ser por la falta de recursos, por la falta de tiempo, por la falta de interés, por la falta de educación política, etc.
[17] Se dice que existe asimetría de información cuando, en este caso el votante cuenta con menos y menor calidad de información que la de  los partidos y los medios de comunicación, quienes cuentan con mayor y mejor información, que les da la posibilidad de usar en su favor para su propio beneficio.
[18] Aunque los conceptos de asimetría de información y selección adversa fueron acuñados por economistas para señalar las fallas del mercado, se pueden adaptar perfectamente al ámbito de las decisiones  políticas; debido a que esencialmente hablan sobre cómo hacer una buena elección.
[19] Obra escrita por Campbell, Converse, Miller y Stokes en 1960.
[20] Otra de las escuelas teóricas del voto es la de Columbia, la cual propone que voto es resultado de las actitudes a corto plazo, principalmente construidas por la interacción y las opiniones del individuo con aquellos en los que más confía (familiares, amigos, compañeros, etc.) (Berelson, Laszarsfeld y McPhee, 1954).

lunes, 25 de marzo de 2013

Impacto del neoliberalismo en América Latina.


                                                    
Introducción.
A finales de los años ochentas y principios de los noventa, en América latina, después del decaimiento de los regímenes totalitarios seguidos de un proceso de transición que implicó la puesta en marcha de la “democracia” aunado con el contexto internacional que dejaría a Estados Unidos como único líder mundial, se empieza a poner en marcha e implementar el modelo neoliberalista de la economía de mercado, que con su aplicación ha aumentado la desigualdades sociales, ha propiciado la acumulación de riqueza desmedida, ha socavado la gobernabilidad de los Estados, y ha disminuido la calidad de vida de los habitantes latinoamericanos.
El objeto del trabajo es abordar (a grosso modo) cuál ha sido el impacto socio-político y cuáles son las consecuencias que ha dejado a su paso la implantación del neoliberalismo en los Estados latinoamericanos; no sin antes dar un breve repaso de los antecedentes que sentaron las bases de este modelo en América Latina, como la etapa de los gobiernos autoritarios y el denominado “proceso democratizador”; para posteriormente exponer qué respuestas  y qué alternativas han surgido por parte de la sociedad latinoamericana  con el transcurrir del tiempo a partir del posicionamiento y profundización de los efectos del capitalismo en su forma neoliberal en Latinoamérica.
Antecedentes.
En la coyuntura de la guerra fría, donde Estados Unidos mantenía una serie de luchas extraterritoriales en contra de la ex Unión Soviética para frenar el avance del comunismo, y así, imponer su hegemonía y posicionarse como el único líder mundial. Este escenario de conflicto llegó a extenderse y afectar a América Latina, ya que en diferentes estados latinoamericanos, principalmente en donde no habían alcanzado a extenderse por completo las ideas de liberalistas y progresistas de la revolución cubana, como Chile, Nicaragua, Argentina, Brasil, Paraguay, entre otros más, empezaron a surgir una serie de regímenes autoritarios que llegaron al poder gracias a golpes de Estado; caracterizados por su forma de gobierno fascista y represiva, liderados en su mayoría por militares, los cuales  fueron formados y auspiciados desde Washington por medio de la llamada “escuela de las Américas”  la cual funcionaba como un centro de adiestramiento, de donde salieron cientos de militares de origen latinoamericano (Augusto Pinochet, Rìos Mont, Anastacio Somoza entre los más conocidos)  quienes fueron instruidos en estrategias y métodos para contener cualquier tipo de manifestaciones, ideologías o movimientos  de insurrección y reprimir cualquier acción que hubiese significado un peligro para los intereses de EE.UU. por medio del terrorismo de Estado.
Es importante señalar que estás formas de gobierno autoritarias no sólo llegaron a concretarse por medio de la represión, si no, también les ayudo a mantenerse el contexto histórico de la propia América Latina, una región que había heredado del colonialismo una sociedad jerarquizada y acostumbrada a ser sometida por un sector oligárquico quienes  gobernaban mediante el uso discrecional del poder y los recursos.
Empero, posteriormente la utilización de gobiernos militares que empleaban la violencia y el terrorismo como parte de un método de control se fueron desgastando, al grado en que ya no fueron suficientes para mantener y legitimar las medidas de Estados Unidos que sostenían su presencia y dominio en América Latina se necesitaba algo nuevo, ya que iba en aumento el malestar internacional e interno por tal grado de represión que vivían los habitantes latinoamericanos. La iniciativa y respuesta a esta crisis orgánica de hegemonía fue por parte del país norteamericano, le dio paso a su siguiente estrategia -más compleja y más difícil de identificar- puso en marcha el llamado “proceso de democratización” (iniciado en la celebración de elecciones “libres “en Ecuador en 1979, que posteriormente se extendió en toda la región) que suponía la entrada y aplicación de la democracia en América Latina con la el apoyo de Washington, implicando la restauración política e institucional de los Estados deshecha durante el periodo de las dictaduras, pero se trataba de la aplicación de una democracia restringida, que además de contar con las limitaciones y condicionamientos inherentes de las formas democráticas contaba con características que la convertían en una democracia moldeada y formada a modo, para cumplir con los requerimientos necesarios de lo que se avecinaba más tarde de forma inevitable: la implantación del modelo neoliberal(1).  Con la ayuda del proceso de democratización  EE.UU en contubernio con la clase dirigente tradicional de cada región fueron instalando una gobernabilidad democrática, que enarbolaba la bandera de la democracia como cortina de humo para encubrir sus verdaderos intereses, ya que está forma de gobernar ocultaba su afinidad con los mecanismos tradicionalistas de dominación, para así refrenar y neutralizar  de manera sutil cualquier acción de oposición, lo que Gramsci definió como revolución pasiva (2).
Con el afianzamiento del proceso democratizador en América Latina y con el contexto internacional (última etapa de la guerra fría que posicionaba a Estados Unidos como líder mundial)  quedaban sentadas las bases y las condiciones necesarias para que los países latinoamericanos pudieran recibir con mínimos obstáculos el nuevo orden económico del capital, el modelo neoliberal, que concretaría la hegemonía y el orden de dominación unipolar de EE.UU.
Llegada del nuevo orden mundial: El neoliberalismo.
En los últimos años de la guerra fría con el debilitamiento de la Unión Soviética se podía vislumbrar lo inevitable, el posicionamiento del  liderazgo de Estados Unidos a nivel mundial, empero, para concretar su función de cabeza  hegemónica, se valió de otra arma, un nuevo orden económico, fundamentado principalmente en los planteamientos de Milton Friedman, economista y líder de la escuela liberal de los años setentas en Chicago,  los llamados “Chicago boys”, quienes basaban su modelo económico  en un principio de libertad individual, postularon que los hombres son libres y capaces de elegir por si mismos que es lo mejor, y, definieron al mercado como una cooperación voluntaria entre individuos para perseguir lo mejor para ellos mismos; por lo que Friedman y los miembros de esta tendencia postliberal o neoliberal afirmaban que la libertad de mercado es correspondiente con la libertad de los hombres, dándole riendas sueltas al mercado, donde el Estado exclusivamente podía interferir para brindarle protección, porque: a mientras más mercado y menos Estado mejor” (3).
Después de los años de las dictaduras que azotaron a América Latina, que desembocaron en la implementación del proceso de democratización para restaurar la pérdida de legitimidad del poder de gobernabilidad, se empieza la instauración de la economía de mercado en su forma neoliberal, que traería consigo efectos devastadores sobre todo en los países del tercer mundo  -donde podemos ubicar a los Estados latinoamericanos- quienes  apenas se recuperaban y resarcían los daños en el tejido social e institucional, que habían dejado los años anteriores.
La aplicación de este orden económico postliberal (que desde la dictadura de Pinochet se empezó a experimentar en Chile) de manera casi implícita y sistemática extendió sus efectos en todas las esferas de los Estados y de la misma sociedad. Del cual la región de América Latina inexcusablemente podía librarse de él, puesto que era (es) la parte del mundo donde el Estado norteamericano tenía más presencia y más poder.
La globalización del neoliberalismo es un fenómeno estructural vinculado con las tendencias determinantes en el movimiento de la economía mundial. Y esas tendencias van a apuntando hacia la exclusión y subordinación de América Latina, como un conjunto de países que corresponde al sur y por lo tanto debe mantener su dependencia con respecto a Estados Unidos y las grandes potencias desarrolladas(4). Lo que conlleva a decir que el neoliberalismo es utilizado como un instrumento de dominación y subordinación que excluye a la región latinoamericana de los beneficios del capital, confinándola a quedarse y ser tratada como una zona perteneciente a la denominación “del sur”, como un conglomerado de naciones subdesarrolladas, que aún son dependientes de las grandes potencias, por lo tanto requieren de su ayuda, justificando su intervención.
El neoliberalismo no sólo se reserva a afectar el ámbito económico de los Estados, sino que también, influye de manera significativa en los demás sectores de los países de América latina: en lo político, socava el papel y la fuerza de los Estados; en lo social, perjudica la manera de vivir de las personas disminuyendo su nivel de vida, e interviniendo en la autodeterminación de las naciones, es decir, imponiendo una concepción de valores afines.
Estados Unidos se valió del “consenso de Washington” y  de los grandes organismos financieros que tienen presencia a nivel global como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y BM(Banco Mundial), entre otros, para aplicar y vigilar el cumplimiento de los requerimientos necesarios para sustentar el modelo neoliberal, lo que ha traído secuelas catastróficas en las economías y los mercados internos y externos de las Estados de América Latina. El neoliberalismo ha provocado cambios estructurales radicales en los mercados de los Estados latinoamericanos, donde la deuda externa juega un papel muy importante, gracias a ésta los organismos transnacionales financieros –que se supone fueron creados para la asistencia económica y el progreso-  condicionan su apoyo a cambió de que los Estados latinos acepten las medidas requeridas por el capitalismo neoliberalista, como: dejar los mercados en manos del capital que se traduce en el descuido del mercado nacional; devaluación o sobrevaluación de sus divisas que provoca una inestabilidad monetaria y financiera; prioridad a la inversión extranjera, entrada masiva de capital extranjero (se le abren las puertas a las grandes empresas transnacionales, monopolios) que trae como resultado la  privatización de las industrias y empresas de mercancías y servicios; disminución de exportaciones, aumento de importaciones, etc.,  llevando a las economías latinoamericanas a un Estado de  asfixiamiento y  endeudamiento, que ha guiado a las economías a entrar en severas crisis (llegando a tal punto que las naciones latinoamericanas se vieron en la necesidad de competir entre ellas mismas por el agrado de los poderos organismos financieros), desembocando sus efectos en los sectores más vulnerables, produciendo un aumento del desempleo y por ende de la pobreza, de los estándares de vida, de la capacidad de adquisición; que inevitablemente se convierten en problemas tales como delincuencia, empleo informal, inseguridad, mala alimentación, migración, etcétera.
En el ámbito político el Estado regulador desapareció lo que quedaba de su antecesor, a los Estados nacionales desarrollistas (Estado benefactor),  socavando la soberanía de los Estados, rompiendo los pactos sociales, alejando los canales de entendimiento entre gobernantes y gobernados, disminuyendo el rol de los partidos políticos entendidos como espacios de representación ciudadana, endureciendo los mecanismos represivos (5). El neoliberalismo a echado a la basura la mayoría de los logros políticos que se habían hecho, la democracia es una simple falacia de interlocución entre Estado y Sociedad, porque en realidad el que impone las normas es el capital, y esto lo logró mediante la complicidad del sector tradicional oligárquico y gobernante de cada país , porque “para que haya neoliberalismo se necesita de gobernantes neoliberalitas” (unos cuantos ejemplos son:Salinas de Gortari, Collor de Mello, Cardoso, Menen, De la Rua, Fujimori, Bucaram, Álvaro Uribe, etcétera) que únicamente han velado por su intereses personales, sacando ventaja de los diversos acuerdos pactados con los grandes organismos y potencias capitalistas, cubriendo su verdadero propósito con discursos –paradójicamente- antiimperialistas, evocando frases de progreso y desarrollo.
Con el amparo y protección de la clase dirigente el modelo neoliberalista refuerza su implantación por conductos de diversos mecanismos para el control social, como por ejemplo, los medios de comunicación y los métodos de represión. E igualmente los partidos políticos arcaicos corrompieron aún más su cometido de ser los representantes de los intereses de la sociedad, para, resguardar los intereses de los grandes organismos económicos, y por supuesto, implícitamente los de la casa blanca.  Es decir, los Estados latinoamericanos perdieron su soberanía y desaparecieron su función interventora de procurar por el interés general, para convertirse en unos meros ejecutores de las políticas financieras dictadas por el neoliberalismo. Abandonando las sus responsabilidades sociales para darle prioridad a la economía de mercado.
La forma de vivir y el comportamiento de la sociedad latinoamericana igualmente se han visto perjudicados por el impacto que causa el capitalismo en su etapa neoliberal, debido al aumento de la polarización de la sociedad, es decir, se ha incrementado y agudizado las diferencias sociales, se ha amplificado la brecha entre los ricos y los pobres, -a causa de que los que tienen más ganan más, y los que menos tienen cada vez ganan menos- . El nivel de vida de la sociedad latinoamericana (y todas aquellas que no disfrutan del beneficio de pertenecer a una de las grandes potencias)  disminuyó con la aplicación del neoliberalismo, porque la dominación de la globalización del capital sobre la economía y la soberanía de los Estados, provocó que la población quedara abandonada a su suerte frente a las secuelas del modelo neoliberal, ya que los países al descuidar sus propias economías a causa de la pérdida de autonomía y soberanía, descuidan sus empresas y organismos nacionales, lo que deriva en un colapso económico, se empiezan a cerrar empresas, comercios, negocios, etc.; se flexibiliza el trabajo; se dejan de producir empleos, y, los que pueden conservar su empleo lo hacen bajo salarios cada vez más bajos; se desatiende los servicios básicos y los sectores de educación, salud,  seguridad; se aumentan los impuestos. Lo que paulatinamente genera una diversidad muy grande de  problemas de carácter social, como por ejemplo el cierre de empresas y el aumento del desempleo producen entre otros problemas que las personas en busca de otra alternativa engrosen el mercado informal (que a su vez origina en una menor recaudación de impuestos y por ende mengua la capacidad de actuar de las instituciones gubernamentales), o, se inclinan al lado de la delincuencia (que deriva en problemas de seguridad).
Inclusive el neoliberalismo ha influido en la cultura de la sociedad latinoamericana, porque bajo la lógica capitalista el ser humano se convierte en un valor, promoviendo a través de los medios de comunicación e incluso por conducto de la misma educación, una cultura individualista y consumista. Ocasionando en la gente una “necesidad” de consumir por consumir, por tener más, sin ni siquiera necesitarlo. El individualismo también desempeña un tarea importante dentro del neoliberalismo, ya que inculca un comportamiento que no concuerda con la necesidad de asociación, se fractura la coerción social, impide a la población unirse-solidarizarse y capitalizar sus molestias, éste actúa como una herramienta para prevenir y contener cualquier manifestación de inconformidad sobre el impacto del modelo neoliberal.
Respuestas ante el impacto del neoliberalismo.
Para finales de los años noventas la conflictividad, el malestar social y el repudio hacia el efecto de la globalización neoliberalista, se ampliaron considerablemente, hasta un 180% en América latina. Pero la población se dio cuenta de que  luchas armadas del pasado (que se prolongaban por varios años y que daban como resultados una inmensa cantidad de bajas atribuido a la disparidad de fuerzas, como las desatadas sobre todo en la región centroamericana) por el bienestar ya no eran una opción -la sociedad latinoamericana había aprendido de su pasado- . A pesar de la represión se produjo una reconfiguración de los movimientos sociales, nuevas asociaciones con nuevos actores, para poder competir dentro del espectro político; debido a que los que se supone debían representar sus intereses, los partidos políticos tradicionales, hace tiempo que habían demitido. Estos nuevos tipos de movimientos sociales se auto-organizaron y le dieron mayor peso a los mecanismos democráticos (se inclinaban hacia la horizontalización, a diferencia de los partidos políticos que caracterizados por su forma vertical y rígida de organización), se empezaron a agrupar de acuerdo a sus variedad de características y necesidades derivadas de las secuelas del neoliberalismo, aparecieron movimientos de acuerdo identidad, étnica-cultural (movimientos indígenas como el EZLN); movimientos con referencia a su carencia(el MST, los sin tierra en Brasil); movimientos urbanos y de trabajadores(los “piqueteros de Argentina); además de que se consolidan los movimientos campesinos y obreros(6). Y, a pesar de cada uno de estos movimientos contaba con sus propias características, no fue impedimento para que miembros de otras organizaciones sociales se solidarizaran y apoyaran a las demandas de cualquier otro grupo, como fue el caso de los movimientos estudiantiles, que aunque no tuvieron una actuación tan protagónica como en otros años, se unían y respaldaban las protestas de diferentes movimientos sociales.
A pesar de la persecución, represión y criminalización por parte de las clases hegemónicas de estos nuevos movimientos populares, obtuvieron logros importantes como: alcanzar una amplia significación social, caída de gobiernos, fracaso de iniciativas neoliberales, poner en crisis la legitimidad política y económica del neoliberalismo, posicionarse como un ejemplo a seguir.
Todos estos triunfos llegaron a desembocar en una búsqueda electoral de otro tipo de gobierno, que ulteriormente se capitalizó en una nueva opción de gobiernos para hacer frente a la globalización neoliberalista y sustituir las viejas formas dictatoriales y autoritarias disfrazadas de democracias. Estos nuevos gobiernos de inclinados hacia la izquierda se apegaron a revivir los viejos ideales socialistas de progreso y libertad, fueron lideradas por el gobierno de Hugo Chávez al frente de Venezuela, seguidos de sus homólogos: Evo Morales en Bolivia, Lula da Silva en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua Néstor Kirchner en Argentina.
Empero, estos nuevos gobiernos de izquierda deben de ser más precavidos que sus antecesores, debido a la desfavorable correlación de fuerzas, ya que en históricamente, tanto en el pasado como en el presente, la izquierda ha tenido oportunidades para emular el curso de la historia, pero las ha desaprovechado (7).
Conclusión.
En conclusión el impacto negativo que ha causado el neoliberalismo en América latina no es nada nuevo, ya que el modelo neoliberal sólo vino a dar la reafirmación histórica de que muchos de los males que aquejan a esta parte del mundo provienen desde épocas del colonialismo, América latina ha sido y sigue siendo una región postcolonial, siempre ha sido una zona subordina y dependiente de otras más desarrolladas. El neoliberalismo sólo ha reafirmado y profundizado los conflictos y los problemas sociales, políticos, económicos  que siempre han perturbado la vida de la sociedad Latinoamérica y a engrosar la supeditación con respecto a Estados Unidos, reforzando su hegemonía y liderazgo. América latina es parte de un sistema de dominación donde juega el papel de subordinado, empero, no la pueden excluir, ya que esta región al igual de todo el tercer mundo son la base que sostiene toda la pirámide del neoliberalismo.


Sergio Martinez Martinez

Bibliografía.
1.    Regalado, Roberto. La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje?  Colección contexto latinoamericano. OCEANSUR. 2012.
2.    Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel. Palos, Ana María, traducción. Era.2000
3.    .Guillén Romo,Héctor. La contrarrevolución neoliberal en México. Era. México. 1997.
4.    Heinz, Dieterich. Neoliberalismo, reforma y revolución en América Latina. México. Editorial Nuestro tiempo.
5.    López Castellanos, Nayar. Del plan Puebla-Panamá al proyecto Mesoamérica. Un espejo de la globalización neoliberal. Editores Plaza y Valdes. 2009.
6.    Seoane, José. Taddei, Emilio. Algranati, Clara. Las nuevas configuraciones de los movimientos populares en América latina.
7.    Petras, James. Cavaluzzi, Todd. Morley, Morris. Vieux, Steve. La izquierda contraataca. Conflicto de clases en América latina en la era del neoliberalismo. Ediciones Akal,S.A. España. 2000.

Vistas de página en total