lunes, 23 de julio de 2012

Las relaciones de poder.





En las relaciones que aparecen en todos los ámbitos en los que nos encontramos, existen las relaciones de poder, que se pueden dar cuando hay más de una persona. Podemos hallarlas en el ámbito público, lo mismo que en la vida privada. La discusión se centrará en las relaciones de poder y la perspectiva política de éstas. Entendiendo por política, el estudio de los temas del Estado.[1] Éstas relaciones de poder nos llevan a cuestionarnos sobre qué es el poder y una forma del poder específica, qué es el poder político. Pues dentro de las relaciones de poder, el poder político es el usado por el Estado.
Aristóteles hace una diferenciación en la cuál, hay tres tipos de poder, y estos a su vez los relaciona a una forma de gobierno. El primero es el patriarcal, donde el padre protege a su hijo y para educarlo debe tener poder sobre él. El segundo es de un amo a sus esclavos, identificado con el gobierno despótico, donde el interés por los esclavos no existe, el fin es el bienestar propio. El tercero es el de un gobernante a sus gobernados, es decir, un gobierno civil; en el gobierno civil, el interés puede ser a favor del que gobierna o del que es gobernado.[2]
Siendo la política quien analiza estas formas de poder, le es más importante una en específico, el poder político, definido como el poder que para obtener los efectos deseados tiene el derecho de servirse en última instancia, como razón extrema, de la fuerza.[3] Y es identificado precisamente por su uso. El tema del uso de la fuerza exclusivo del poder político  es justificado por Hobbes, debido a su concepción de la antítesis del Estado con el estado de naturaleza;  el paso del estado de naturaleza al Estado se representa cuando el uso de la fuerza corresponde a un soberano y no es ejercida por los individuos indiscriminadamente.
Hobbes, con su suposición de un estado de naturaleza en el que los individuos van por la vida de manera furtiva sin organización alguna, haciendo lo que quieren, le da al Estado la fuerza de defenderlos a todos de todos los demás y por esto tiene el monopolio de ésta.
Sin embargo, el poder político no se limita a eso, y, quien puede ejercer el poder utiliza muchas estrategias para cumplir su fin. Hobbes vivió en una época donde la forma de gobierno era la monarquía, inclusive es partidario de ella. Dentro de la monarquía el poder político que es ejercido por el Estado es muy restrictivo y utiliza mucho la fuerza. Contrario a la monarquía, nace la democracia como forma de gobierno consecuente y con la democracia tenemos un desarrollo de derechos políticos de los ciudadanos, el resultado de este cambio se refleja en la lucha contra la fuerza que tiene el Estado en referencia a sus ciudadanos.
El poder político actualmente ha recurrido a otro tipo de artimañas para mantener su dominio, retomando una técnica del cristianismo, el pastoreo. Se compara el arte de gobernar con el “arte del pastoreo”, donde el pastor conoce a sus ovejas, desde lo que hacen hasta lo que piensan y desean. Así el pastoreo exige conocimientos globalizantes que se refieran a todos los ciudadanos y conocimientos analíticos de cada uno. Con este conocimiento de los sujetos se facilita la guía y el control de la sociedad.
            El poder es una capacidad de acción, esta acción puede ser ejercida por distintos medios (ejemplo: los medios de comunicación masiva) y la parte donde se da el poder es en las relaciones de poder. Éstas existen en todas partes, no podemos vivir en una sociedad donde no existan. Y dependiendo de la relación de la que se hable son sus características y el complemento que recibirá su nombre.
El poder como tal está en todas partes, en todas las personas, en la sociedad en general y éstas relaciones de poder se entrelazan de manera tal que cada individuo a veces es dominante o dominado. Por lo tanto, el poder puede ser ejercido por cualquier individuo. La diferencia que tiene con el poder político radica en quién lo ejerce y cómo lo ejerce. El poder político es ejercido por el Estado y tiene como característica el uso de la fuerza para mantener su dominio.
Por último, la política se encarga de analizar las relaciones de poder y su desarrollo histórico y como también tiene a su cargo los asuntos del Estado, es de primordial importancia para ella explicar y conocer qué es el poder político.

 Zoar Jiménez Rodriguez


[1] Bobbio, Norberto. Estado, Gobierno y Sociedad. Duodécima reimpresión, FCE, México, 2006, p.102
[2] Bobbio, Norberto. Estado, Gobierno y Sociedad. Duodécima reimpresión, FCE, México, 2006. p. 105

[3] Ibíd. p. 107

miércoles, 18 de julio de 2012

El Resurgimiento de los Nacionalismos Europeos: El Caso De Anders Behring Breivik






introducción.
Durante la primera mitad del siglo pasado, el exacerbado nacionalismo de las potencias colonizadoras europeas tuvo expresiones muy claras en forma de movimientos políticos o reivindicaciones populares, ya en territorios de ultramar, ya en las entrañas mismas de la Europa continental. Los más claros soportes de lo anteriormente señalado lo podemos encontrar en el fascismo italiano y el nacional socialismo alemán.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, la devastación en Europa y el asenso de dos superpotencias fuera de la Europa occidental, advierten un relajamiento de los sentimientos localistas, dando cabida a la solidaridad entre los pueblos con un objetivo común: el resurgimiento europeo.
Mientras tanto, naciones al oriente del continente, hogar de grupos étnicos disimiles, serán  sometidos a hierro y fuego por la opresión soviética imperante, no así extinguidos, entrarán en una fase de hibernación de la que reaparecerán con más fuerza y violencia, la experiencia más clara, las ex republicas yugoslavas.
Occidente mirará con desconcierto las actitudes nacionalistas creídamente superadas por los países más “avanzados” del mundo, la intervención militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Serbia en 1999, con objetivos pregonadamente humanitarios, proclamará el regreso del uso de la fuerza para someter actitudes nacionalistas.
Es así como occidente, liderado por los Estados Unidos de América, apaciguará los nacionalismos salvajes y anticuados de la segunda mitad del siglo XX, Europa se convertirá en un bastión de la tolerancia y del llamamiento a nunca más volver a los nacionalismos fratricidas, recordando la memoria histórica de los desastres a los que estos pueden dirigir.
En este ensayo se pretende exponer el resurgimiento de los nacionalismos radicales en Europa occidental a través del representativo caso del joven sueco Anders Behring Breivik, el cual ha plasmado su impresión acerca del derrumbamiento interno de la sociedad occidental en famoso manifiesto publicado poco antes de los atentados terroristas de Oslo y Utoya.
El soporte documental de este artículo se basa en información reciente, dada la naturaleza del caso, por lo que se ha utilizado en su mayoría informes hemerográficos, salvo en referencias teóricas.

DESARROLLO
El inicio del siglo XXI nos muestra una Europa con un incremento sostenido de la migración, principalmente africana, hacia estas tierras. Aunado a la baja tasa de natalidad[1] de aborígenes europeos, la más baja del mundo. En el caso de Noruega, que mantiene una tasa de fertilidad de 1.7% de hijos por familia y en caída lenta pero progresiva[2], sumado a sus facilidades para recibir migrantes de todo el mundo[3], el panorama parece claro[4].
El tipo de migración es especialmente relevante si recordamos el caso estadounidense, por tener una referencia. A finales del siglo XIX y principios del XX los Estados Unidos de América mantenían una marcada política de migración selectiva[5] basada en características étnicas y, posteriormente, raciales. Si bien es cierto que un elevado grado de intolerancia y prejuicios guiaban en gran parte estas políticas, no se puede encasillar su aplicación en estos términos, la capacidad de asimilación y el grado de homogeneidad con las costumbres del credo americano eran condiciones muy tomadas en cuenta por los estadistas de ese periodo, se sabía que la migración era necesaria, pero para contribuir al desarrollo del poder angloamericano y no es su detrimento.
Frente a este sencillo pero impresionante escenario, una cantidad cada día mayor de europeos comienza a preocuparse por el futuro de sus naciones, en adición  a la constante que el tema del terrorismo islámico[6][7], y la presión israelí al respecto, irriga en la mentalidad no solo europea sino internacional, como producto del discurso ideológico de algunos políticos occidentales en busca de apoyo coyuntural (Jackson, 2007).
En diversos países han surgido grupos fuertemente identificados con la lucha contra la inmigración a Europa en diversos niveles, desde los grupos más conservadores y titubeantes, hasta contundentes movimientos radicales.
Quizá el caso español sea el más emblemático en el contexto de los movimientos migratorios provenientes principalmente del Magreb hacia este país, en medio de una fuerte crisis económica y financiera proveniente de fuera, importante elemento a destacar, y de barrios cada día con peores condiciones de vidas frente al hacinamiento dónde conviven diversos grupos nacionales, sin dejar a un lado el interés de algunos “Estados dentro del Estado” por reducir el poder castellano frente a sus deseos de mayor autonomía: Cataluña y el País Vasco como los mejores ejemplos.
Incluso en las regiones tradicionalmente más proclives a los principios llamados progresistas y liberales han surgido, ya sea colectiva o individualmente personajes que han expresado su hartazgo ante la situación imperante con métodos bastante radicales o, al menos llamativos.
Basta recordar al líder del neerlandés Partido de la Libertad, Geert Wilders, mejor conocido por sus declaraciones en contra de la inmigración musulmana y sus críticas contra el Islam, si se creía que este es un hecho aislado de un político fracasado en busca de popularidad en uno de los países más progresistas del mundo, valga recordar que el Partido de la Libertad es el tercer partido político más apoyado en Países Bajos y miembro fundamental de la coalición en el actual gobierno[8].
Pero el tema que nos atrae se centra en el Reino de Noruega, pequeño país con una población de 5 millones de habitantes, pero con un gran nivel de vida internacionalmente reconocido, fuerte promotor de los derechos humanos y generador de proyectos para el desarrollo. Incluso en la región de Medio Oriente Noruega se destaca como uno de los mayores donantes (Aguirre, 2007) a nivel internacional para pueblos en desarrollo y tan difícil situación como lo es el palestino[9], no obstante las notas mediáticas que pretenden mostrar una península escandinava agresiva hacia los árabes y su religión.
Es así como la sociedad sueca es reconocida por liberal y “de avanzada”, raramente vinculada con actitudes ya sea xenófobas o intolerantes, libre de políticas represoras o de carácter radical. Pues bien, el año pasado ésta sociedad fue testigo de una de las mayores masacres en la historia de la península escandinava.
Ataques de Oslo y Utoya
El 22 de julio de 2011 coche bomba explotó a las afueras de las oficinas del Primer Ministro Jens Stoltenberg, líder del socialdemócrata Partido Laborista Noruego (PLN), sin causarle daño dado su ausencia del lugar.
Mientras Noruega se impactaba ante el ataque perpetrado, el primero de este tipo en la región, en la oriental isla de Utoya se celebraba un campamento de Liga Laborista Juvenil del PLN, a la cual arribó  el micro empresario y masón de 32 años Anders Behring Breivik, el cual, vestido de policía, reunió a las juventudes laboristas, acto seguido disparó contra la multitud durante tres cuartos de hora hasta la llegada de la eficiente policía noruega.
Este acto, reconocido por la comunidad internacional como terrorista, cobro la vida de 77 personas, entre los que se cuentan las víctimas del fuego abierto por Breivik y los ahogados que trataban de abandonar la isla por el lago Tyrifjorden.
Actualmente Breivik está siendo juzgado por la magistrada Elizabeth Arntze, amiga cercana de una de las familias afectadas por el tiroteo  de Utoya,  bajo los cargos de terrorismo y crímenes contra la humanidad. Breivik se ha declarado no culpable[10], añadiendo volvería a cometer estos actos dado que lo hizo en “defensa personal”[11] en protección de su cultura. Breivik ha considerado su causa tan justificada que dice sólo haber dos dictámenes posibles y justificados para él, pena de muerte o absolución[12].
El resurgimiento del nacionalismo europeo
El nacionalismo se presenta como reflejo de vastos elementos válidamente justificables, más en el presente caso, se considera un enfoque pobremente considerado, quizás debido a las repercusiones políticas que esto implicaría, ya que resulta más cómodo y sencillo explicar estos sucesos como las acciones de psicópatas[13] individuales que actúan al amparo de sus deficiencias mentales con la finalidad de satisfacer sus profundos traumas infantiles.
Más allá de estas burdas explicaciones, y en seguimiento al análisis del historiador judeoalemán George L. Mosse, resulta fundamental analizar el contexto, los preconceptos y las creencias que rodean a un pueblo para poder entender y, en el mejor de los casos, determinar las actitudes políticas de los individuos del mismo (Pinto, 2010).
No obstante lo anterior, el autor considera que estos actos son solo el reflejo de una sociedad europea hastiada y en decadencia franca, donde algunos de sus miembros, insatisfechos con las explicaciones progresistas, y de frente a las reacciones internacionales por la conservación de los pueblos[14], dan cuenta que su autoderminación se ve afectada por el incremento de la población de recién ingreso, factor de importancia fundamental en el contexto y las reglas del sistema democrático.
Retomando el caso Breivik, en su manifiesto “2083: Una declaración de independencia europea” (Breivik, 2011) el autor pretende explicar desde su muy particular perspectiva la situación imperante en Europa, el daño el marxismo cultural en esa sociedad y la barrera que lo “políticamente correcto” se presenta frente a la reacción social ante lo que él llama la invasión demográfica y cultural del Islam[15].
Al parecer del que escribe, las anteriores líneas, altamente sumariadas, son un muy explicable reflejo de la situación por la que pasa el ciudadano europeo promedio en la “vieja Europa” contemporánea. Lo anterior no se presenta como una contradicción si tomamos en cuenta toda la herencia histórico-cultural de un continente que debió gran parte de su gloria a sus batallas, inventadas o reales, por la cristiandad, por un ideal común.
Un pueblo que conquistó y pobló por todo el orbe y ahora muestra bajísimos grados de natalidad y una constante inmigración, muchas veces percibida como invasión[16] reaccionará cada día a través de métodos más extremos para tratar de contrarrestar lo que se percibe como una extinción de su pasado y, evidentemente, de su futuro.
Marxismo cultural
Señalado como el promotor de la deconstrucción cultural europea, Breivik apunta a los aliados del marxismo cultural como traidores a su pueblo que deben de ser considerados como tales. Posterior a la guerra fría y la propaganda realizada hasta nuestros días, además de la fuerte presencia de grupos políticos de izquierda moderada y extrema en ese continente,  el ciudadano europeo limita su decisión al consumismo nihilista o a una teoría antaña de facto derrotada en el continente, con algunas expresiones en países en todo sentido distantes como la República Popular China y de Corea del Norte.
La polarización de los bandos políticos nominalmente moderados ha fomentado el surgimiento de partidos regionalistas (Colomer, 2009), por esencia mas tendientes a la separación y la promoción de la homogeneidad, y extremistas. Ante esta situación, sumada a los factores de los que se ha venido escribiendo, el nacionalismo europeo radical es resultado de  un caldo de cultivo que no debiera sorprender al observador imparcial.
Lo políticamente correcto
Aunado a lo anterior, la represión y el doble discurso de los políticos occidentales difícilmente son cuestionables al momento de observar cómo se promueve a capa y espada el liberalismo en todos sus frentes pero se castiga a las mentalidades disidentes no muy lejos, pero si mucho mas veladamente, del caso chino.
Tan sólo se debe voltear la mirada a las leyes que castigan la critica a sucesos históricos[17] santificados por las democracias occidentales para caer en la cuenta de que el ser liberal consiste en aceptar a con camisa de fuerza los postulados popularmente reconocidos a expensas de parecer un enemigo de la libertad.
Evidentemente esta forma de proceder comienza a ser cada día más cuestionado como producto de la propia dinámica cultural, al final pareciera que cae por su propio peso. Según especialistas, después de los ataques de Noruega, esta sociedad comienza a cuestionar la conveniencia del sistema liberal del país[18].
Islam contra Islam
Finalmente, y retomando al objeto de estudio, Breivik da cuenta de las tácticas usadas por algunos sectores de la sociedad musulmana en la lucha por conservar su propia identidad y él, en un intento por “rebasar por la izquierda” propone algunas de esas tácticas para el renacimiento occidental frente a la podredumbre que internamente vive. De hecho, ha declarado durante el proceso judicial que los militantes nacionalistas tienen mucho que aprender de grupos como Al Qaeda[19] incluidos sus métodos, los cuales estudio paso a paso según sus propias declaraciones, y la glorificación del martirio. 
No se puede simplemente rechazar la responsabilidad de los musulmanes radicales que han buscado imponer su cosmovisión, el ser humano siempre adoptará prejuicios, es parte de su naturaleza, si ves todos los días en las noticias que tipos tatuados con esvásticas apalean extranjeros, y tu eres un extranjero en Madrid, difícilmente confiarás en un sujeto con esvásticas al pasar junto a él, del mismo modo el extremismo musulmán repercute en la mentalidad del mundo.

CONCLUSIONES
Para todo estudioso de los nacionalismos como elemento ideológico, político, social y cultural que impacta en las relaciones entre las naciones y los Estados, es importante considerar que la situación imperante en el mundo occidental nos da cuenta del fomento de una situación que a la larga conllevará repercusiones insostenibles con posibles reacciones violentas a gran escala.
El resurgimiento de los nacionalismos extremos en Europa no es un problema per se, resulta una consecuencia de políticas equivocadas que monopolizan sus decisiones en torno a la generación de riquezas a expensas de soberanía y autodeterminación de los pueblos, justificándose con postulados supuestamente libertitarios y omitiendo, con conocimiento o sin él, las consecuencias que atraerá no sólo para Europa, para el mundo entero.
Cuando se estudia un conflicto en retrospectiva, es posible percatarse de los factores que se fueron alineando para el desencadenamiento de los mismos, en el caso de la decadencia demográfica de un pueblo y el asenso de pueblos tremendamente disímiles es, sin duda, el antecedente de un desenlace poco halagüeño.




Rodolfo Padilla Torres






Bibliografía


Aguirre, M. (2007). Is Europe adrifit in the Middle East? US Middle East project .
Breivik, A. (2011). 2083: Una declaración de independencia europea. Oslo, Noruega: Independiente.
Colomer, J. M. (2009). Grandes imperios, pequeñas naciones. Barcelona: Anagrama.
Jackson, R. (2007). Constructing Enemies: ‘Islamic Terrorism’ in Political and Academic Discourse. Government and Opposition , 394-426.
Pinto, J. (2010). La provocadora lectura de George L. Mosse del sentido de los nacionalismos. Sociedad Argentina de Análisis Político.


Otros recursos (por orden de aparición)



http://www.rickety.us/2009/01/the-falling-fertility-of-europe/
http://heinonline.org/HOL/LandingPage?collection=journals&handle=hein.journals/tempcr4&div=18&id=&page=
http://yaleglobal.yale.edu/content/what-bush-victory-means-east-asia    
http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/defensa+y+seguridad/ari125-2011
http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/country_profiles/1043423.stm
http://m.bbc.co.uk/news/world-europe-17724535
http://nymag.com/daily/intel/2012/04/anders-breivik-claims-self-defense.html
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/norway/9211850/Anders-Behring-Breivik-death-penalty-or-acquittal-only-logical-outcomes-for-me.html
http://mexico.cnn.com/opinion/2012/04/18/opinion-encarna-breivik-la-inquietante-vision-occidental-del-islam
http://archive.frontpagemag.com/readArticle.aspx?ARTID=20545
http://www.echoesandreflections.org/additional_resources/denial.asp
http://www.reuters.com/article/2011/07/24/us-norway-attack-analysis-idUSTRE76N2GZ20110724
http://www.washingtonpost.com/world/europe/breivik-studied-each-al-qaida-attack-before-his-own-bomb-and-shooting-rampage/2012/04/20/gIQAYwp1UT_story.html



[1] Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en Alemania, España, Suecia y Grecia el índice de nacimientos ha caído a 1.4% anual. http://www.dw.de/dw/article/0,,1532629,00.html
[4] http://www.rickety.us/2009/01/the-falling-fertility-of-europe/
[5] Ver desarrollo y motivación de estas políticas en el caso asiático en: http://heinonline.org/HOL/LandingPage?collection=journals&handle=hein.journals/tempcr4&div=18&id=&page=
[6] Un análisis en este sentido, ejemplificando la re elección de George W. Bush, y sus implicaciones en Asía está disponible en http://yaleglobal.yale.edu/content/what-bush-victory-means-east-asia    
[7] Evolución del caso desde el 11 de septiembre de 2001 http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/defensa+y+seguridad/ari125-2011
[8] http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/country_profiles/1043423.stm
[9] Tan solo ver las estadísticas de donaciones internacionales a la región, donde se ubica a Noruega, Suecia y Suiza como los principales soportes económicos, después de Estados Unidos de América.
[10] http://m.bbc.co.uk/news/world-europe-17724535
[11] http://nymag.com/daily/intel/2012/04/anders-breivik-claims-self-defense.html
[12] http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/norway/9211850/Anders-Behring-Breivik-death-penalty-or-acquittal-only-logical-outcomes-for-me.html
[13] El último dictamen psiquiátrico realizado a Breivik lo declara como una persona mentalmente sana. Ver http://www.bbc.co.uk/news/world-europe-17667261
[14] Concepto de manufactura propia que pretende explicar la reacción natural de las naciones por mantener sus elementos homogeneizadores, desde un enfoque primordialista y natural.
[15] Ver http://mexico.cnn.com/opinion/2012/04/18/opinion-encarna-breivik-la-inquietante-vision-occidental-del-islam
[16] Ver las radicales, pero no por ello irreales expresiones de algunos “intelectuales” del viejo continente: http://archive.frontpagemag.com/readArticle.aspx?ARTID=20545
[17] Ver http://www.echoesandreflections.org/additional_resources/denial.asp
[18] Ver análisis del impacto que los ataques ha tenido en la sociedad noruega en: http://www.reuters.com/article/2011/07/24/us-norway-attack-analysis-idUSTRE76N2GZ20110724
[19] http://www.washingtonpost.com/world/europe/breivik-studied-each-al-qaida-attack-before-his-own-bomb-and-shooting-rampage/2012/04/20/gIQAYwp1UT_story.html

domingo, 8 de julio de 2012

Democracia para ti.



En estos últimos días (y evidentemente tras la victoria del PRI), surgieron las dudas acerca de la elección –su legitimidad para cierto sector de la población-, de cómo será la presidencia de EPN, de qué hará en su gestión y por supuesto si el viejo PRI amenaza con una regresión a la joven democracia mexicana, todo esto mezclándose ha venido mostrándose como una gran incógnita sobre el futuro próximo. No obstante, y pese a la importancia de esto, lo preocupante no son las elecciones, sino cómo se ha interpretado el proceso completo. 


Ahora, el punto en éste escrito no es el enjuiciamiento del proceso electoral o su apología, sino, -en México- su análisis. En múltiples espacios se ha escuchado hablar de las irregularidades que hubo en las elecciones (aun no demostradas), empero; ¿Quién en verdad se sorprende al ver un partido que busca el poder y que hace todo lo posible para obtenerlo? 


Quizá para muchos las elecciones representan algo muy banal, una práctica que se realiza de tanto en tanto, y que al final los mismos gobiernan y/o los mismos lo hacen igual… Empero, las elecciones representan algo más que una simple acción aislada; la votación es cerrar la brecha, entre lo que los tomadores de decisiones hacen y lo que la mayoría de la opinión pública aprueba, se trata pues, de la renovación del contrato social. Y dada la naturaleza de la democracia en la elección se dará la “victoria” a quien obtenga mayor cantidad de votos. ¡El derecho a la mayoría de implementar las políticas que gusten! 


La democracia[1] es esencialmente una manera de repartir el poder, el poder para gobernar, el poder para dominar de común acuerdo ¿a quiénes? A los ciudadanos evidentemente, ya hace algunos siglos Maquiavelo hablaba de la manera de cómo mantener el poder y expandirlo[2]… y si bien de esto se dijo hace mucho, las mismas practicas pueden ser adaptadas para estos tiempos, aunque se tienen que hacer los matices en el análisis porque es obvio que la sociedad ha ido evolucionando, las costumbres han ido cambiando y las maneras en cómo se organiza y exige sus derechos igualmente. 


Lo que no cambia, ¡lo real! resulta que la política sigue siendo ese juego de obtención del poder, y si bien los mecanismos para hacerse del mismo han ido “civilizándose” siguen siendo un juego sucio, que responde en cierto sentido la pregunta inicial, y es que para obtener el poder y conservarlo se vale de todo[3], no es como si fuera un asunto maniqueo, a todos los partidos les conviene ganar y todos saben que aparentar que actúan dentro del marco de la ley les beneficia ante la opinión pública, pero en ultima instancia romper las reglas puede garantizar una victoria en la inmediatez, los partidos y sus candidatos buscaran; engañar, presumir logros, manipular, repartir dinero, pactar con grupos de poder, lo que sea que este a su alcance para obtener un posicionamiento frente a la opinión pública y alcanzar sus objetivos: ¡poder! 


Evidentemente los distintos actores del sistema político entran en pugna para defender o expandir sus influencias, incluyendo a la ciudadanía misma, y todos utilizan lo que esté a su alcance para lograrlo, sea pues: la televisoras la difusión de información conveniente; los ciudadanos marchas y plantones; los políticos, sus discursos y promesas; los empresarios, su dinero y diversos recursos, las religiones, la fe… pedir que no se realicen dichos contrapesos es pedir una sociedad sin movimientos, inerte y sin conflicto, ¡un edén! 


En el caso de la legitimidad, esta no importa mucho porque en términos brutos el numero de votantes que ganan las elecciones es siempre una minoría, es decir, ¡la legalidad termina siendo la ultima legitimadora! Y ganar con fraude, irregularidades, golpes bajos siempre sigue siendo victoria… y aunque no es un juego cualquiera, sino el futuro de un país lo que se pone en la mesa, siempre es mejor resolver quién gobernará con elecciones y no con golpes de Estado y muertos. En éste sentido la democracia es perfectible, los cambios se darán con el devenir de la sociedad, pero nunca debe esperarse que una manera de elegir gobierno resuelva la vida a todos. Es decir, ayuda pero evidentemente no salva.

Jose Luis Serapio Juárez




[1] La democracia entendida como prescriptiva y descriptiva, en este escrito se utiliza sólo la parte descriptiva y pese que no se niega la parte prescriptiva (y su utilidad) para este caso no es menester utilizarla. Sartori, (2008) ¿Qué es la democracia? Editorial Taurus. México, DF. pág. 27 
[2] En el primer capitulo del príncipe Maquiavelo menciona las maneras de adquirir un principado: por las armas propias o por las ajenas, por la suerte o por la virtud. (2007, pág. 6)) 
[3] Maquiavelo desarrolla esta idea a lo largo de su libro el príncipe, desde cómo se adquieren los principados hasta cómo se debe actuar siendo príncipe para mantener el poder… Maquiavelo, (2007) El príncipe, editorial. Tomo. México, DF.

lunes, 2 de julio de 2012

Génesis del PRI





Ante el regreso del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia, es conveniente realizar un breve repaso histórico de esta singular fuerza política mexicana desde su nacimiento:

El PRI, gran hegemón político en México durante siete décadas, fue producto de la Revolución de 1917. Ideado para consolidar los ideales emanados la lucha social y para agrupar y buscar consenso entre los sectores más numerosos de la sociedad - a saber, obreros, campesinos y militares. En ese sentido, el partido proporcionaba a esos grupos representación en el gobierno a través de diputaciones federales, locales, gobernaturas estatales y presidencias municipales.

De este modo, el líder máximo de la Revolución, Plutarco Elías Calles, concibió al Partido Nacional Revolucionario[1] como un mecanismo para centralizar y amasar poder, ya que gran parte de la sociedad mexicana encontraba representación en el partido, y de éste emergía el candidato presidencial que irremediablemente sería electo presidente de la república. Así, los campesinos, los obreros y demás grupos sociales estaban supeditados a la figura presidencial.

Un aspecto de suma importancia en ese proceso fue la eliminación  de la figura del caudillismo en la política nacional y como respuesta se fijó el poder, casi absoluto, en la presidencia, de forma que se renovaría cada seis años a través de elecciones. Una vez que el partido designaba al candidato, éste sería indudablemente el nuevo presidente.

El presidente no era elegido en las urnas, aquello sólo era un escaparate que daba legitimidad democrática al gobierno. La distribución de recursos, la designación de funcionarios y la toma de decisiones no era en virtud de favorecer a la población. Las respuestas que el gobierno ofrecía correspondían a las demandas y exigencias de grupos bien definidos dentro de la vida política. El sistema funcionaba a través de corporativismo: los empresarios, los sindicatos, las cámaras de comerciales y patronales, las agrupaciones obreras y campesinas, los cacicazgos locales negociaban con el gobierno políticas que les beneficiaran en específico. Un ciudadano no tenía los medios para hacer eco en el sistema.

La gran mayoría de la población muchas veces quedaba al margen de esas decisiones. Sin embargo, el gobierno tampoco les descuidaba del todo: a través de programas de apoyo social y del reparto agrario, los beneficiados quedaban ligados al gobierno. Para recibir la asistencia debían manifestarse a favor del partido, del presidente, ya fuera por su voto o por asistir a mítines. Así se consolidaba el clientelismo político. 

La escasa transparencia al interior del partido y del gobierno – en realidad no existía una separación clara entre ambos- exacerbó los niveles de corrupción. Para obtener un apoyo o una legislación más favorable, el interesado otorgaba un regalo al funcionario o al diputado. Es común afirmar que la corrupción facilitaba el funcionamiento de las relaciones intergubernamentales. La corrupción era el lubricante del sistema.[2]

Es importante subrayar el funcionamiento de la sucesión en los cargos públicos dentro de la vida política. Es allí donde se reproducía el sistema. Un funcionario que pecó de corrupto no podía ser denunciado por su sucesor, porque gracias a él ocupa su actual cargo. Esta suerte de lealtad generaba un proceso continuo de impunidad en todos los niveles, desde el presidente de la República entrante que no iniciaba investigaciones contra su antecesor por evidente abuso de autoridad, hasta el servidor municipal que debía su puesto al  jefe inmediato. Este hecho, sin embargo, causaba cierta rotación en la política. Se refrescaban los puestos, las personas que pasaban a trabajar para el gobierno tenían verdaderas oportunidades de ascender en el escalafón político, con la única condición de no levantar el dedo contra sus padrinos.  

Siete décadas en la presidencia. Justo es decirlo, el PRI fue el eje central del sistema político mexicano durante el siglo XX. Tras doce años de estar alejado de los Pinos, la mayoría del electorado mexicano quiere su regreso. Sólo un verdadero análisis exhaustivo de la vida política nacional permitiría entrever la posibilidad de que el PRI retome las viejas prácticas aquí descritas. 

Alejandro Vargas



[1] Partido Nacional Revolucionario fue el primer nombre. En 1938 con la exclusión de Calles del partido y la inclusión de más centrales obreras se cambió el nombre a Partido de la Revolución Mexicana. En 1946 pasó a llamarse definitivamente Partido Revolucionario Institucional, por la consideración de que se lograron las metas principales de la Revolución de 1917. 
[2] Riding Alan, Vecinos distantes: Un retrato de los mexicanos. Joaquin Mostis. p. 140.  

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