Introducción:
En tiempos de elecciones electorales, sobre todo en aquellas
que se realizan para elegir al titular del Poder Ejecutivo, se hace imperativa
la necesidad de información para que los ciudadanos elijan la mejor opción, aquella
que concuerde con su postura ideológica o que haga patente el cumplimiento de
sus demandas y sus necesidades; debido a esto, es justificable la presencia de
medios de comunicación que satisfagan esta necesidad informativa y brinden a la
sociedad una panorámica más completa, clara, verídica, concreta y sustancial
sobre las opciones políticas disponibles en la contienda electoral. Pero,
empíricamente hablando, esto sucede en muy pocas ocasiones, la mayoría de las
veces los medios informativos proporcionan a la sociedad información confusa, ficticia,
imprecisa, incompleta e insustancial de los partidos y sus candidatos; a acusa
de que a veces los sujetos encargados de los medios de comunicación suelen
tener la intención de influir en la percepción y en la opinión de la gente para
de así favorecer o perjudicar a determinados partidos.
Dicho lo anterior, este trabajo tiene la intención de demostrar que la información política
emitida por los medios de televisivos de comunicación en tiempos electorales
llega a tener cierta influencia en las personas. Para sustentar y apoyar estas
presunciones, se focalizarán en dos de las perspectivas teóricas más
influyentes en cuestión de la decisión del voto: la escuela de Michigan y la de
Rochester, para analizar la participación de los medios de comunicación y el
efecto de éstos en los individuos durante la campaña electoral de Enrique Peña
Nieto (EPN) quien fue el candidato oficial de la coalición “compromiso por
México” integrada por el partido de la revolución institucional (PRI) y el
partido verde ecologista de México (PVEM) para competir por la presidencia en
las elecciones del 2012. Para lo que se aterrizaran las ideas teóricas que
sustentan este trabajo en el caso específico del análisis de dos medios de
comunicación de diferente carácter que
fueron participes en dicha campaña, como lo es la televisión y los spots trasmitidos
a través de ella; y una fuente de información en línea: www.adnpolitico.com;
para hacer un análisis cuantitativo y cotejar la información trasmitida en los spots de EPN, comparándola, con la del “el
promesometro” que realizó “adnpolitico” sobre las promesas de campaña
del susodicho candidato. Con el fin de demostrar que cerca del 100% de los
spots de EPN se ocuparon en darle mayor
énfasis a su “imagen” restándole peso a
las propuestas políticas, en comparación
con la información contenida en el “promesometro”, que dejó a un lado las
cuestiones insustanciales para acentuar la información meramente política de
las promesas de campaña.
Todo
esto con el firme objetivo de intentar responder las siguientes interrogantes:a qué tipo de ciudadanos o qué sector de la ciudadanía
es más propenso a ser influenciado por la información vertida en las campañas
electorales; cómo es qué la imagen juega un papel importante en el diseño de
las campañas electorales, cómo es que la preponderancia de la imagen llega a
construir un juicio en el electorado y por que la información emitida por los
medios de comunicación no llega a surtir efecto en cierto tipo de electores.
Elecciones,
partidos y medios de comunicación.
Una de las características esenciales e
inherentes que estructuran un régimen
democrático, son las elecciones, debido a que son generadoras del debate
público, articulan la agenda política, otorgan a los ciudadanos la facultad de
elegir a sus gobernantes, determinan la
composición de los parlamentos, influyen directamente en la distribución del
poder y conceden la oportunidad de regular o negar a los partidos políticos del
poder por medio de las urnas (Leduc, Niemi y Norris, 2002).
Debido a esto los partidos políticos, que son los
principales actores que ostentan el aparato gubernamental[1],
se ven en la necesidad de competir entre ellos por el poder político en
elecciones que se realizan periódicamente con ayuda de un sistema electoral[2],
para obtener el voto de los ciudadanos. En el caso de México, el presidente de
la República, los diputados federales y senadores son elegidos cada 6 años por
mayoría relativa y voto directo de los ciudadanos[3],
en elecciones cuya realización está en manos del Instituto Federal Electoral
(IFE)[4].
Uno de los elementos más importantes en el progreso de
los procesos electores, es la
información, que se convierte en un
elemento clave para mantener a todos informados sobre las acciones, el contexto
y la situación en la que se desarrollan las elecciones. Esto produce que la
información en tiempos electorales se convierta en una necesidad imperativa, y
es a causa de esta necesidad informativa, que con el paso del tiempo es más clara
y evidente la participación activa de los medios de comunicación masiva (como
los son la televisión, la radio, el internet, los diarios de circulación
nacional y entre otras publicaciones escritas) en los procesos electorales.
Estos medios se han convertido en actores
de suma importancia en la configuración de los procesos electorales, sobre todo
por su participación cada vez más activa en la conformación, el desarrollo y
consecución de las campañas electorales de los partidos políticos en tiempos de
proselitismo. Esto se debe en gran medida a que los medios de comunicación son
el principal canal para el intercambio de información entre partidos políticos
y ciudadanos en tiempos de comicios electorales; un canal de diseminación de
información de carácter político, que informa tanto a ciudadanos como a los
propios partidos políticos; y son a la vez también, un canal informativo que
incentiva la opinión y agenda pública (Norris, 1999). En las elecciones
mexicanas del 2012, para elegir presidente de la república hubieron infinidad
de canales informativos que se encargaron de trasmitir información de carácter
político – y no político-, desde los clásicos medios, como lo son: los spots
electorales; noticieros y programas televisivos y radiofónicos de opinión y
debate; anuncios políticos; reseñas y artículos escritos en diferentes
publicaciones, en diarios de circulación nacional, en revistas o en blogs y páginas
de internet; hasta los más recientes
canales informativos: las redes
sociales, donde se pudo encontrar una infinidad de información política en muy
variadas formas.
Es por la facultad de los medios de comunicación de
actuar como interlocutor entre políticos
y ciudadanos, e igualmente por su gran
cobertura y consumo por parte de la población, que durante los tiempos de
contiendas electorales, los partidos políticos -para competir por el voto de
los ciudadanos y por ende la obtención
del poder político- buscan aliarse con los medios de comunicación. Por lo que
muchas de las veces los partidos se asocian y actúan en contubernio con aquellos
medios informativos –que al ser empresas, también buscar satisfacer sus
intereses-, con los cuales coincidan en intereses u objetivos , o en dado caso intercambian
y/o negocian favores para lograr la consecución de sus fines; y para esto,
tanto partidos como medios de comunicación se valen de diversas tácticas y
estrategias para llegar a tener cierta influencia en la ciudadanía, sobre todo en
un determinado tipo de electorado, aquel que no es tan cercano a los temas
políticos y que por lo tanto suele desconocer mucho sobre estos.
Los
medios de comunicación y campañas electorales.
¿Cuál es la relación de los medios de comunicación con
los partidos políticos y con sus respectivas campañas electorales? En un
régimen democrático “moderno” es muy importante la existencia de canales de comunicación,
y por ende, la presencia de medios de comunicación que proporcionen estos
canales, debido a que éstos se convierten en el interlocutor entre partidos
políticos y ciudadanos, porque por una parte, diseminan la información de los
partidos a los ciudadanos, y viceversa, diseminan la información de la sociedad
a los partidos; es decir, es a través de éstos que los partidos políticos
pueden hacer saber sobre su desempeño, sus propuestas y sus acciones a la
población en general, e inversamente, gracias a éstos los ciudadanos dan a
conocer sus demandas y necesidades a los partidos políticos para que actúen en
función de estás. Y por otro parte, los medios de comunicación también
incentivan la opinión pública, estimulan a la gente a pensar y a manifestar sus
posturas sobre los diferentes temas y conflictos políticos (Abundis, 2008).
Pero debemos tomar en cuenta que los medios de
comunicación también son empresas, y como tales, son organizaciones que buscan
la satisfacción de sus intereses y la maximización de sus ganancias; y cuentan
con un proyecto y un visión muy particular de cómo debería de funcionar la
sociedad (Sosa, 2010). Por lo que los empresarios de la comunicación, aquellos
sujetos dueños de los medios de comunicación – al igual que lo hacen los
partidos políticos-, desde hace tiempo han buscado diferentes mecanismos y
estrategias para participar directamente en la toma de decisiones, para
favorecer a su propio interés, lo que ha traído como consecuencia que los
medios de comunicación se asocien y actúen en contubernio con los aquellos
partidos políticos que les prometan y garanticen beneficios a su favor (Sosa Hernández,
2010)[5].
Los medios de comunicación han encontrado en los
tiempos de elecciones electorales el momento idóneo para participar e incidir en
asuntos y temas políticos, ya que es en esos momentos donde tanto los partidos
como la ciudadanía, requiere de su intervención para informar e informarse; la
gente requiere más información política acerca de los diversos partidos y las
propuestas que cada uno ofrece para ganarse su voto (Beaudoux, D´Adamo y
Slavinsky, 2005).
Según Fara las campañas electorales también pueden ser
vistas como batallas comunicacionales en
las que se trata de crear una diferencia favorecedora en la percepción del
electorado y llevar la discusión a un campo que beneficia a la causa (Fara,
2002). Por lo que con el paso de los años, las actividades de diseño y
consecución de las campañas electorales[6]
han dejado de ser exclusivas de los partidos políticos, ya que cada vez es más
activa la injerencia de los medios comunicativos en éstas, lo que ha traído
como consecuencia el aumento de la publicidad electoral y la mediatización de la política.
Con la intervención directa de los medios
comunicativos en la configuración y ejecución de las campañas, la
estructuración de éstas se ha trasformado, el discurso político se ha
convertido en un mensaje publicitario, con ayuda del marketing político. La
introducción de técnicas del marketing en la política revolucionó la
visión estratégica de la comunicación política y modificó la forma de darse el
intercambio entre electores y candidatos. Por el hecho de que los políticos
dejaron en manos de expertos en investigación motivacional, mercadotecnia y
publicidad la creación de su imagen pública y la difusión con ella de sus
programas y sus promesas de gobierno. Ahora los asesores y consultores tienen
la responsabilidad de seleccionar los temas, sociales o no, para el diseño de
las campañas electorales. La mercadotecnia se ha convertido en la herramienta
idónea de los actores políticos para intentar conocer y reconocer sus nuevas
oportunidades de éxito ante el electorado y tratar de recuperar su credibilidad
personal y la confianza institucional perdidas ante la gente (Carlomagno, 2009), con el peligro latente de
convertir a sus candidatos en artículos comerciales y de ocasionar un vacio
ideológico en la política y en los propios partidos.
¿Cómo
votan los ciudadanos?
El voto es una de las prerrogativas más fundamentales
que otorga la Constitución mexicana[7],
debido a que brinda al ciudadano la posibilidad de participar en la
conformación de los poderes públicos; y también, es una obligación[8],
un deber de todos los ciudadanos mexicanos que han cumplido la mayoría de edad
(18 años) de participar en la elección de sus representantes. El voto de cada
ciudadano debe de ser libre y secreto, libre por que el
elector no debe estar sujeto a ningún tipo de presión o coacción para la
emisión del sufragio, y secreto por que el elector no debe de estar obligado a
dar a conocer públicamente sus preferencias y voluntad[9].
Pero a pesar de todo esto, explicar cómo votan todos
los ciudadanos mexicanos, qué es lo que mueve a votar, qué es lo que explica el
comportamiento de la gente al preferir a un determinado partido o candidato
político… es una tarea bastante
compleja, por que se tienen que tomar en cuenta y valorar muchas
circunstancias, ya que no toda la población mexicana es heterogénea, no todos piensan
igual, no todos tienen los mismos gustos y preferencias políticas, etc. Pero
-dejando a un lado, en este trabajo, la cuestión de abstencionismo[10]- podemos
basarnos en dos de las escuelas más influyentes en el estudio de las elecciones
políticas de la sociedad dentro del marco de las contiendas electorales, para
tratar de explicar cómo votan determinados tipos de votantes- y argumentar
nuestras premisas de que existe un electorado que es más endeble ante la
información de los medios de comunicación, en comparación, con aquel elector al
que no es tan sencillo influenciar para que cambie de elección- como
lo es la escuela de Michigan o escuela Psicosocial y la escuela de Rochester o escuela de la elección raciona[11]l,
es posible clasificar a una gran parte del electorado mexicano en dos tipos
principales de votantes, de acuerdo al criterio de que tan cercanos o ajenos son a la
política. Si son individuos con disposiciones políticas previas a los procesos
electorales (sujetos que no son ajenos a temas y a la situación política),
entonces es posible aplicar el enfoque teórico de la Escuela de Michigan; en
cambio, si hablamos de individuos que
desconocen parcial o completamente los asuntos políticos (sujetos ajenos a la
política) será posible emplear el enfoque teórico de la Escuela de Rochester.
En nuestro caso de estudio, los enfoques teóricos que
nos ofrecen estas escuelas, nos servirán de auxilio para el explicar cómo
estuvo diseñada la campaña de Enrique Peña Nieto, y de qué forma intervinieron
los medios de comunicación en ella. Argumentando las siguientes proposiciones:
gran parte de la campaña de EPN se baso en la difusión de su “imagen”, con la
complicidad de los medios de información, lo cual se vio reflejado en sus spots
electorales; en cambio otros medios, como los medios escritos (en este caso el
“promesometro”) ofrecieron información más sustancial poniendo poca atención en
la “imagen” de EPN; los spots de campaña de EPN fueron dirigidos, principalmente,
a aquellos individuos con ausencia de predisposiciones políticas; las fuentes
escritas de información en su mayoría son consumidas por aquellas personas que
cuentan con predisposiciones e ideología política.
-Escuela
de Rochester.
La escuela de Rochester o perspectiva de la elección
racional concibe al votante como un agente racional, es decir, el voto es el
reflejo de un cálculo que los individuos hacen acerca de los beneficios y
costos de su elección. Pero no siempre los individuos cuentan con la
información necesaria para realizar una elección racional, por lo que se ven en
la necesidad de hacer una lección con la información con la que disponen; que
aunque pueda sonar irracional esta forma de elección, no lo es del todo, debido
a que les sería más costoso, en términos de recursos económicos, de tiempo, de
esfuerzo, etc., obtener información
completa y de mejor calidad (Dows, 1957).
Debido a las anteriores cuestiones, los individuos
deben de tomar una decisión con la información que esté más a su alcance y está
es la que les es ofrecida por los medios de comunicación, en especial por la
televisión por que como se ha mencionado, además de ser el medio que más se
consume y el más accesible para la población, es aquel que brinda un tipo de
información menos compleja y más digerible para el espectador, debido al mismo
diseño y la naturaleza de los spots electorales[12]
no permiten la inclusión de información más compleja y sustancial; es debido a
esto que la elaboración de los spots emplea el marketing electoral, lo
que al mismo momento, ha incrementado la tendencia a la mediatización de la
política y el aumento de la personalización de la política (que es
un fenómeno que se viene dando desde hace muchos años y que empezó en los
Estados Unidos en los años 60´s)[13], que
más que poner énfasis en la información política sustancial (programas y
propuestas de los partidos) hace mayor hincapié en resaltar y difundir la
“imagen” del candidato, a casusa de que las imágenes además de que no requieren
de un mayor esfuerzo para su procesamiento – a comparación de la información
puramente escrita- llegan a tener un
mayor impacto emocional y afectivo, al que es más susceptible aquel electorado
que es un tanto ajeno a la política, y que le resultaría costoso (tiempo y
recursos) intentar obtener información más completa y sustancial sobre ésta. Y
es gracias a esto que, en los medios televisivos –los cuales siguen siendo el
medio de comunicación más consumido- han ido incrementando la tendencia a
explotar la “imagen” y el alza de la emisión de mensajes emotivos[14] de
los candidatos en las campañas electorales, principalmente a través de los
“spots” electorales, fenómeno al que Sartori ha llamado el aumento de la
“videopolítica” (Sartori, 1997). Esto es posible observar en la siguiente
gráfica, en la cual evaluó y clasificó
todos los spots de la campaña electoral de EPN transmitidos en la
televisión(“anexo b”), obteniendo los siguientes resultados:
La composición de los spots está conformada con la
“imagen” del candidato, con discursos que contienen mensajes con carga
emocional o/y la propuesta de campaña, donde
-El 100% de un total de 65 spots ponen énfasis en la
“imagen” (i).
i)
--El 100% de un total de 65 spots trasmiten mensajes
con carga emocional (ii).
ii)
-El 70.76% de los spots mencionaban alguna de las propuestas
de campaña; el 29.24% no mencionaba ninguna propuesta de campaña (iii), pero,
únicamente el 4.34% de los spots hacen alusión a información más detallada
sobre las propuestas, en comparación con 96.66% que no lo hacen (iv).
iii)
iv)
Con esto se verifica, lo antes propuesto, que existe
el aumento en la tendencia de personalizar la política, ya que más el 97% de
los spots transmitidos en tv, se diseñaron para enfatizar la “imagen” de EPN.
De esta manera se puede concluir que el votante “flotante”
o votante “switch”[15] que
está distanciado –por falta de información- de la política[16],
es más proclive a dejarse influenciar por la información transmitida por los
medios de comunicación, ya que se encuentra más a su alcance sin necesidad de
un esfuerzo mayor, es decir, sin la necesidad de gastar en recursos y tiempo en
su adquisición; y el medio que le ofrece mayor y más digerible información es
la televisión, debido a que hace mayor énfasis en la “imagen” y emite mensajes
emotivos, los cuales tienen mayor probabilidad de influir en los individuos en
la construcción de su percepción sobre
algún candidato y posteriormente influir en la elección final del voto.
Empero, es menester señalar los peligros de este tipo
de elección, ya que este tipo de votantes que deciden su voto a partir de la
información disponible, es decir la que consumen de los medios de comunicación,
pueden llegar a caer en una selección
adversa producto de la asimetría de la información[17],
que a primera instancia puede dar la sensación de haber realizado una buena
elección, pero en un futuro no muy lejano esta elección llega a ser más
perjudicial que benéfica (Akerlof, 1970).[18]
-Escuela
de Michigan.
La escuela de Michigan es una perspectiva
social-psicológica desarrollada principalmente en la obra “El votante americano”[19].
Que grosso modo postula que, el voto
es resultado de un proceso de socialización política del individuo, en el cual
se transmiten los valores y las creencias de los padres, familiares, amigos y del entorno en el que se desarrolla,
produciendo actitudes a largo plazo o predisposiciones políticas. (Moreno, 2009).
Las actitudes a largo plazo o predisposiciones
políticas, a su vez, con el tiempo generan una identificación y adhesión
ideológica con determinados partidos o mejor conocido como Partidismo, que es el principal elemento que influye en la elección
del voto (Campbell, Gurin y Miller, 1954). El interés principal con la
acuñación de este concepto es explicar el origen de la estabilidad de las
preferencias sociales (Barnes, 1997). Fenómeno que es explicado por esta
escuela mediante la metáfora del “embudo de causalidad”, que “es una
representación de los factores sociales y contextuales (en la parte ancha del
embudo) que influyen en la conformación de una identificación partidaria, que
afecta, a su vez, las aptitudes de corto plazo[20],
que finalmente desemboca en la decisión del voto (en parte estrecha del
embudo)” (Moreno, 2009).
Este tipo de electorado que ha desarrollo una adhesión
ideológica con algún partido, siempre –o a menos de que algo extraordinario
suceda- y bajo cualquier circunstancia vota por el partido con el cual se
identifica, e incluso, aunque el candidato del partido sea “débil” o “malo”, o,
a pesar de la mala gestión del partido. En este electorado, existe un firme
convicción del votante –al mismo tiempo que existe cierta irracionalidad- en
votar por el partido al que está adherido ideológicamente pese al estado de las
distintas circunstancias (Crespo, 2009).
*Pese a que en México el contexto (los problemas
políticos, económicos, sociales y culturales) y las ineficientes acciones de
los partidos han provocado que este tipo de elector vaya en disminución. Según
Moreno “de 1996 al 2007 por lo menos dos tercios de los mexicanos se
consideraban así mismos priistas, panistas o perredistas (…) el tercio restante
del electorado es apartidista o independiente, es decir, que no tiene un
sentido de adhesión con ninguno de los partidos”.
Conforme a lo anterior, podemos concluir que este tipo
de votante que tiene una adhesión con un determinado partido, es menos propenso
a ser influido por la información emitida por medios de comunicación como la
televisión y que su voto es producto de sus creencias e ideología política que fue
conformándose a través del tiempo. Es aquí donde existe la relación entre estos
votantes y los medios de comunicación escrita, porque éstos prefieren consumir
información más sustancial, por lo que se inclinan por las fuentes escritas y
éstas, a la vez, se adaptan a las preferencias de sus consumidores, en otras
palabras, las medios escritos le ofrecen a sus lectores en tiempos electorales
información más detalla y elaborada. Lo que podemos apreciar perfectamente en
el siguiente gráfico, en donde se evaluó (evaluación que se aprecia en el
“anexo a”) qué tipo de información contenía el “promesometro” que elaboró Adnpolítico.
-El 100% de la información habla específicamente sobre
las propuestas de campaña(a) y el 100% de estas muestran un grado de
información alto o información sustancial (b), es decir, mencionan en qué
consiste y cómo se pretende cumplir dichas propuestas.
a)
b)
-Mientras que el 0%
de la información del promosmetro hacia énfasis en la “imagen” ©y
mencionaba mensajes con carga emocional (d).
c)
d)
La evaluación de la información contenida en el
promesometro se basó en el criterio de qué tanto mencionaba y explicaba los
siguientes puntos: cuáles son las promesas, en qué consisten y por qué se
prometieron y cómo se pretendían cumplir. Al verificar de que se hace mención
de los anteriores puntos, se concluyó que el promesometro contiene 100%
información sustancial y concreta sobre las promesas de campaña. Y esto se
puede verificar entrando a la página http://www.adnpolitico.com/promesometro.
Cabe señalar que también existen fuentes escritas con
contenido superfluo, pero el votante al que nos hemos estado refiriendo en esta
parte del trabajo, por su mismos conocimientos y formación previa, sabe
distinguir muy bien entre aquellas fuentes de de información escrita que
Conclusión:
Con base a todo lo mencionado en este trabajo se puede
llegar a las siguientes conclusiones:
a) Primeramente, es importante señalar la importancia
de la existencia de información, y por ende, indicar que la presencia de los
medios de comunicación no es negativa en sí misma, al contrario su existencia
es vital en una democracia, para
fomentar la participación -tanto de los partidos políticos como de la sociedad
misma-, como para configurar la agenda publica, es decir, de los temas y
problemáticas a las que se tienen que poner atención y analizar para llegar a
una solución.
b) Empero, es importante distinguir cuando los
intereses privados de los medios de comunicación se sobreponen a los intereses
de la sociedad y hasta al de los propios partidos políticos, y al hacer uso del
poder que emana de la posesión de la información injieren directamente en la
toma de decisiones políticas; cuestión que puede llegar a tener consecuencias
negativas para todos, por el hecho de que su participación en la toma de
decisiones puede corresponder a sus propios intereses y a su visión particular
de cómo debería ser la realidad.
c) Los medios de comunicación escrita presentaron
información más completa, de mejor calidad y más sustancial durante los
procesos electorales, debido a que se tienen que adaptar a las exigencias
informativas del tipo de individuos que los consumen, que son aquellos que
tienen adheridas ciertas creencias y conocimientos políticos.
c) Los medios de comunicación que ofrecen información
escrita, son consumidos en su mayoría por aquellos individuos que poseen la
predisposición de dirigir su voto con base a una adhesión ideológica que
mantienen con un determinado partido; en consecuencia, es en este tipo de
votantes en los que los medios de comunicación tienen menor influencia, debido
a que generalmente tienen claro y mantienen la convicción de votar por aquel partido con el que se
identifican; y sólo usan los medios para reafirmar sus creencias o para
apreciar el desarrollo de la contienda electoral.
d) La información que se transmitió por televisión en
la campaña electoral de EPN, en su mayoría, está diseñada y basada en la
exaltación de la imagen y la transmisión de los discursos con mensajes
emotivos, debido a que a través de éstos existe mayor probabilidad de afectar
la subjetividad de los individuos.
d) La información trasmitida por la televisión es la
que puede llegar a afectar o construir la percepción del votante sobre algún
candidato, debido a que el tipo de individuos que consumen está información son
aquellas que son un tanto ajenos a los temas y las problemáticas de carácter
políticos del entorno en el que viven.
e) En este caso que se analizó es evidente ver la
estructura de la información – en la siguiente gráfica de barras comparada- que
se transmitió en estos dos medios comunicativos, lo cual es el reflejo del tipo
y la calidad de la misma información, y pone en evidencia la intención de
influir por medio de ésta en la percepción de la gente.
Por último es imperativo reflexionar y aceptar que los
medios de comunicación van a seguir teniendo una importante injerencia en la
calidad de información que consumimos diariamente y si bien no nos dicen
explícitamente qué pensar, sí nos dicen sobre qué debemos pensar.
Sergio Martinez Martinez
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[1] Según
Anthony Dows, los partidos políticos son un conjunto de hombres y mujeres que
buscan acceder a puestos gubernamentales y legislativos, como una forma de
ganar recursos, poder y prestigio.
[2] Al que Nohlen define como un principio de representación que subyace al
procedimiento técnico de la elección y al procedimiento mismo por el cual los
electores expresan su voluntad política en votos que se convierten en puestos
gubernamentales o legislativos (Nohlen, 2004).
[3] Artículo 9
del Código Federal de Procedimientos electorales (COFIPE), 2008.
[5]Por
ejemplo, en el año 1959 se conformó el Consejo nacional de la Publicidad (CUP)
– que posteriormente pasó a convertirse en el Consejo de la Comunicación (CC)-,
integrado por diversos dueños, locutores, comunicadores y personal de los
medios de comunicación, con el único objetivo de ayudar al diseño de campañas
electorales, con el expreso fin de coadyuvar a los partidos a incidir en el
comportamiento en el comportamiento de los ciudadanos.
[6] Las campañas
electorales son procesos estratégicos con la expresa finalidad de ganar votos a
a través de la planeación y ejecución de diversas acciones tácticas
(Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, 1994).
[10] De la cuestión de acudir no a las urnas.
[11] Aunque tanto
la Escuela de Michigan como la de Rochester han sido teorías principalmente
desarrolladas en Norteamérica y Europa Occidental entre los años 60´s y
70´s, es posible aterrizarlas correctamente en el estudio de este
trabajo, porque -además de seguir vigentes- los tipos de votantes que sugieren,
también los podemos ubicar en nuestra
investigación.
[12] El artículo 41 constitucional
y el artículo 56 del COFIPE establecen que la duración de los spots de los
candidatos de los partidos políticos deben de tener una duración de no más de
30 segundos.
[13] Un fenómeno que corresponde a
la tendencia y la estandarización de las
“Americanización de las campañas”, que básicamente consiste en : i)
Personalización y desideologización (los partidos dejan de presentar sus perfiles
ideológicos y programáticos para poner resaltar y darle mayor importancia a la
“imagen” de su candidato); ii) Cientificación o profesionalización
(contratación de expertos y técnicos que tomen las decisiones que anteriormente
eran ejercidas por los propios partidos); iii) Desarrollo de estructuras de
comunicación más autónomas (Otorgarle mayor libertad a los medios de
comunicación , por lo que son más libres de perseguir sus intereses que servir
a las necesidades de los partido).
[14] Aquellos mensajes que hacen
alusión a sentimientos y valores arraigados en la gente, a los que difícilmente pueden evitar
reaccionar ante ellos (beaudoux, D´Adamo y Slavinsky, 2005).
[15] Votante “flotante” o votante
“switch” debido a su debilidad de ser influenciado por la información que
consume, lo que ocasiona que su voto no sea una constante.
[16]
En el caso mexicano, es difícil
explicar el distanciamiento de algunos individuos de la política, porque puede
deberse a distintos factores, bien puede ser por la falta de recursos, por la
falta de tiempo, por la falta de interés, por la falta de educación política,
etc.
[17] Se dice que existe asimetría
de información cuando, en este caso el votante cuenta con menos y menor calidad
de información que la de los partidos y
los medios de comunicación, quienes cuentan con mayor y mejor información, que
les da la posibilidad de usar en su favor para su propio beneficio.
[18] Aunque los conceptos de
asimetría de información y selección adversa fueron acuñados por economistas
para señalar las fallas del mercado, se pueden adaptar perfectamente al ámbito
de las decisiones políticas; debido a
que esencialmente hablan sobre cómo hacer una buena elección.
[20] Otra de las escuelas teóricas
del voto es la de Columbia, la cual propone que voto es resultado de las
actitudes a corto plazo, principalmente construidas por la interacción y las
opiniones del individuo con aquellos en los que más confía (familiares, amigos,
compañeros, etc.) (Berelson, Laszarsfeld y McPhee, 1954).